Las claves de las familias felices
No podemos dejar pasar el Mes de la Familia sin darle un espacio para celebrar esta fecha, fijada en noviembre desde 1971, gracias al decreto 1656 del Poder Ejecutivo
Mayra Pérez Castillo
Alguien una vez dijo que el amor viene por la convivencia; y la felicidad del respeto, la comunicación y la comprensión. Es un análisis sabio con el que bien podríamos celebrar el Mes de la Familia, que se celebra este mes de noviembre; porque de ella deben surgir esos valores y sentimientos para vivir feliz, tanto en lo individual como en lo colectivo.
Las claves exactas quizás no existan porque cada núcleo tiene su propia personalidad y manera de alcanzar el bienestar; sin embargo, hay generalidades que nos indican si estamos en el buen camino, razón por la que hemos consultado a dos expertas en terapia familiar, Wanda Mateo y Auris Belén.
Para Auris la felicidad está muy ligada con el bienestar, por lo que para mantener esto en la familia es necesario que cada miembro fomente la pertenencia con los demás, sentirse parte de un grupo en el que es amado y puede amar; que aprendan a convivir respetando las diferencias de cada persona, sin pretender cambiar o manipular la forma de ser del otro; pasar tiempo juntos haciendo un balance entre los trabajos y ocupaciones, y dedicar un espacio para encontrarse, conectar y compartir.
Cada familia tiene su personalidad y como tal debe aceptarse sin hacer comparaciones con otras, valorando lo que recibes de ella y reconociendo lo que te nutre, te hace crecer, resaltar lo bueno y construir un espacio donde pueda ser libre y feliz, dice la experta.
Hay que tomar en cuenta que las familias felices tienen características en común, siendo una de las principales el sentimiento de satisfacción de sus miembros, es decir, que sienten que reciben lo que necesitan en el momento indicado, lo cual incluye las necesidades físicas, emocionales y socioculturales, de acuerdo a su ciclo de vida, individual y colectivo, dice Mateo, al tiempo que resalta que más allá de la felicidad a estos núcleos se les conoce también como familias funcionales o armoniosos.
En ellos reina la comunicación, como base de todas las buenas relaciones interpersonales; hay intercambios positivos diariamente, que van desde pequeños detalles simples como un saludo al levantarse hasta otros más complejos como la claridad sobre los límites y las normas del hogar.
Debe ser un reto de los núcleos buscar cada día el color, la forma y la identidad que se parezca a sus miembros. Cuando se encuentre esa fórmula, que permite lidiar con la cotidianidad, los retos y desafíos, entonces habrá encontrado su fórmula, explica Wanda Mateo.
Puntos de enfoque
A continuación algunos factores que debemos tomar en cuenta si deseamos construir familias felices:
Valores a fortalecer
Para que la felicidad fluya en el hogar es necesario fomentar la empatía para conectarnos con la necesidad del otro y comprendernos mejor; lo cual va de la mano con la solidaridad, para apoyar al que lo necesita, tanto dentro como fuera de la familia. También el respeto es otro valor vital dentro de un núcleo familiar sano: “por lo regular los adultos entienden que son los únicos que deben ser respetados, pero es de suma importancia que esto se aplique a todos los integrantes de la familia, sin importar la edad, aun si es un recién nacido”, explica Mateo. La verdad es un valor que debe estar siempre presente y ser innegociable en toda familia, además de la tolerancia, el trabajo, la disciplina y la autonomía.
Erradicar la violencia
¿Por qué no? De la familia es que emana la realidad social y desde ella se debe trabajar para que podamos disfrutar de una sociedad más sana. El cómo se basa en fomentar el respeto hacia los demás, el amor y la amabilidad. “Es importante enseñar a nuestros hijos las realidades universales, pero también las familiares para trabajarlo desde la temprana infancia, que entiendan que los conflictos son partes normales de la vida y que hay que saber solucionarlos con maneras positivas, libre de la agresión”, resalta Mateo.
Poner atención a los factores dañinos
Se pueden dividir en dos, las amenazas y los factores que afectan el bienestar. La primera son todas las situaciones a las que están expuestos los seres humanos, como las enfermedades, muerte, economía, pérdida de empleo, violencia, la separación, migración, entre otros, que en el mayor de los casos no se pueden evitar, pero de los que se puede salir bien librados si existe un plan en conjunto que facilite resiliencia y que por lo regular, al final, nos permite ser mejores seres humanos.
Mientras que los factores enemigos no son tantos, la también terapeuta de pareja, Wanda Mateo, lo reduce a uno y es abrirle la puerta a personas externas para que tomen participación de los asuntos que solo le competen a la familia, como sugerir normas, imponer cosas que no se identifican con los miembros del hogar. Hace la salvedad que ese factor enemigo puede ser un miembro de la familia extendida, es decir, un pariente que no vive en ese hogar y que no tiene un vínculo tan directo que le permita tomar decisiones.
Mayra Pérez CastilloApasionada del contenido sobre la salud, la belleza, el buen vivir y la cultura.
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