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Lo que no te contaron de ser mamá

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Lo que no te contaron de ser mamá
(Foto: Shutterstock)

Cada experiencia en la vida es diferente, y no excluye a la maternidad, de la que mucho se dice y solo las que han pasado por ello pueden saberlo. Hoy celebramos a esos seres especiales que se atrevieron a contarnos qué sorpresas se encontraron al ser mamás. Y a ti, ¿qué es lo que no te dijeron?

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María Castillo/ Transformación

Tener un hijo es una responsabilidad que se asume con él frente al mundo. Esta actriz lo supo cuando tuvo esa parte de ella en sus brazos. “Los comentarios comunes son que uno pasará malas noches y demás, pero en realidad la mujer, después de parir, entra en un período muy frágil y complejo psicológicamente. Un hijo te replantea el sentido de la vida, creo que es la parte que más nos transforma y que no te dicen, porque hay un sentido existencial más profundo que la cotidianidad con un niño”. María tiene una hija y, mientras la pequeña dormía, velaba su sueño porque sentía que su vida dependía mucho de ella y no imaginaba que dejara de respirar; se la llevaba a los ensayos, la amamantaba en el teatro y así fue creciendo... “Cuando mi hija se casó sentí como si me hubieran quitado una parte de mi”, algo que no le contaron.

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Jenny Polanco / Trabajo

A esta diseñadora no le informaron que una vez que te conviertes en madre, entrarás en una labor infinita, o que se crea tal dependencia mutua que hasta cuando sales de viaje habrá llanto. “No me dijeron que las madres eran tan imprescindibles, quizás porque yo tuve a la mía siempre cerca; pero a mis hijos les tocó una empresaria que salía y viajaba, demandaban mi presencia y eso nunca me lo imaginé, nunca pensé que el trabajo arriesgara tu función de madre porque se requiere valor y crear el balance para suplir ambos, priorizando ser madre”. La cantidad de riesgos que toman los hijos fue otra de sus sorpresas. Recuerda que cuando su hijo comenzó a surfear a los 11 años sintió mucho miedo; al igual que durante el primer viaje de su hija sin ella; aunque veía que las demás lo asumían con mucha normalidad para ella fue muy difícil el desapego.

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Pamela Sued / Protección

Hay un miedo eterno desde que nace hasta cuando crece, una advertencia que no la supo Pamela Sued hasta el día en que se convirtió en madre. “Sientes el temor de que a la persona que más quieres en el mundo le pueda pasar algo, sin importar si es un rasguño o cualquier otra cosa”. Y recuerda esa vez, mientras ella estaba trabajando, en que al salir no encontró a su chofer y supo que algo había pasado. Llamó a su esposo para saber qué ocurría y le confirmó que Alonso, su hijo, se había tragado una pila tipo botón. Se asustó bastante. Tampoco le contaron que con el tiempo la responsabilidad aumenta, la etapa en la que son bebés no es la más difícil, y –aunque suene algo raro– es cuando crecen que requieren una mayor atención, asegura la comunicadora.

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Miralba Ruiz / Aventura

“Cada embarazo es diferente y no lo sabes hasta que sucede”, cuenta la comunicadora, que reconoce que, aunque hay cosas que te comentan, una no le da importancia hasta que sucede. Para ella, la maternidad es una aventura con todas las emociones que un ser humano puede sentir: alegría, tristeza, decepción, emoción y todo aquello que saca lo mejor de nosotros. “Nos dicen que es una experiencia maravillosa, pero callan que también es desgastante, que requiere de todas tus capacidades como ser humano; ese día te das cuenta de la cantidad de habilidades físicas, mentales y emocionales que se requieren para tener un hijo... hasta tiene una dosis alta de humor y drama, todo está ahí”. Sobre todo recuerda que lactando se quedaba dormida, pero el susto la espantaba y al ver que su criaturita estaba ahí su alma volvía al cuerpo.

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Yadira Pimentel / Intensidad

Ella ama ser mamá. Precisamente fue lo que no le dijeron antes de tener hijos, que se aprende a amar al fruto de tu vientre a un nivel sublime, y a partir de ese momento amaría a su madre como nunca lo había hecho en su vida. “Fueron tantas las cosas que no me dijeron de ser madre que lo hubiese agradecido: que lloras de desesperación e impotencia al ver a tu pequeñito llorar y no saber cómo ayudarlo, entonces pasan los días y te das cuenta de que tienes el poder e instinto para suplirle lo que necesite. Más que la teoría es la práctica y confiar. Cuando identificas su necesidad te sientes la mujer más poderosa de la tierra, porque no te dicen que esa angustia también va a pasar y no hay que desesperarse”.

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Laura Castellanos / Alegría

Nadie le contó que las madres, literalmente, pasaban a un segundo plano. “Dejamos de ser nosotras mismas para ser ‘la mamá de ...’, que se convertiría en el tema primario de mis conversaciones, que la salida de los fines de semana serían cumpleaños infantiles, que me descubriría comiendo compota de postre y con la ropa sucia al salir a la calle, que en el paseo a la playa cambiaría la neverita con cervezas por un montón de flotadores y juguetes, que los niños son especialistas en enfermarse en domingos y días feriados, o que mi mejor amigo sería un paquete de toallitas desechables. Nadie me contó que las paredes de mi casa estarían llenas de pequeñas “obras de arte”, que en mi cama podríamos caber 5 por las noches, que me aprendería todos los personajes de Paw Patrol y Peppa, ni que descubriría una vena de payasa para hacer reír a mis hijos”.

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Beatriz Ariza / Autoestima

Le contaron muchas cosas bonitas y básicas, como que se reenfocaría, convirtiéndose en una persona más eficiente, disciplinada y preocupada por ser un mejor ejemplo para sus hijos. No lo supo hasta que le tocó. Ahora piensa más en ella para darles más calidad a ellos. “Tener hijos te da nuevas fuerzas para luchar en la vida, descubrir cosas para las que nunca pensé que daría y por tanto es un motor que impulsa la autoestima”. A partir de las reflexiones de esa desconocida etapa decidió crear un proyecto para ayudar a otras mujeres que en ocasiones se pierden en este ciclo.

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