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Ocho errores que debes evitar al disciplinar a tus hijos

Por más que creas estar preparado para disciplinar correctamente a tus hijos, nunca se está exento de ‘meter la pata’

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Ocho errores que debes evitar al disciplinar a tus hijos
La clave es identificar el error para evitar volver a cometerlo. (Shutterstock)

La intención de todo padre siempre será disciplinar correctamente a sus hijos. El problema radica en que por más que creas estar preparado para hacerlo, nunca se está exento de ‘meter la pata’. Pero tranquilo, porque equivocarse es de humanos; lo importante es identificar la falta para no volver a cometerla.

A continuación, ocho de esos errores en los que debes evitar caer al momento de disciplinar a tus hijos, compartidos por la psicóloga infantojuvenil Rachel Barouch en su cuenta de Instagram @crianzaholisticard.

Corregir en público. A nadie le gusta ser reprochado delante de todos, y los niños no son la excepción. Además de que corregirlos en público puede ser vergonzoso para los hijos, hace que no te presten la debida atención. Por eso, lo mejor es sostener este tipo de conversaciones en privado, a menos que haya peligro inminente en el momento.

Dar instrucciones vagas. Los mensajes ambiguos no funcionan con los niños. La psicóloga asegura que siempre es más efectivo ser especifico y explicar el cómo hacer las cosas, siempre con un tono neutral.

Sobornar. El acto de sobornar a los hijos para obtener resultados rápidos no te beneficia a ti, sino a ellos. La razón es sencilla, cuando ofreces una recompensa a cambio de portarse bien, estás promoviendo la lucha de poder y las conductas que, al final, los lleven a conseguir lo que quieran.

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Ignorar los ritmos biológicos. Un niño con sueño o hambre no actuará adecuadamente aunque así lo quiera. Por eso debes respetar los ritmos biológicos de tus hijos.

Dar sermones. Un defecto de la mayoría de los padres es convertir una simple instrucción en un discurso eterno, lo cual es innecesario y tiene el efecto contrario: mientras más larga la queja, menos de lo que digas se les quedará grabado. Lo mejor con los niños es ser conciso y preciso.

Comparar. ¿De qué sirve decirle a tu hijo por qué no puede ser como su hermano o amigo? Solo para lacerar la relación padre-hijo, e incluso para despertar el resentimiento entre hermanos o amigos.

Ser extremista con las consecuencias. Para que la disciplina sea efectiva, debe ser proporcional al hecho: no pretendas excederte con el castigo cuando el error quizá no fue tan grave. Algo que puede ayudarte es evitar disciplinar cuando estés enojado.

Ser inconsistente. Si un día sí y otro no, solo estás alargando el aprendizaje. Sé justo pero consistente cuando vayas a aplicar las reglas. Además, asegúrate de que tú y tu pareja estén en la misma página para evitar que uno desautorice al otro al momento de disciplinar.

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