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Redes Sociales

Responsabilidad afectiva: ¿qué es y cómo debes trabajarla?

Para alcanzar la libertad en las relaciones hay que trabajar la responsabilidad afectiva, aquí te compartimos 3 puntos fundamentales

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Responsabilidad afectiva: ¿qué es y cómo debes trabajarla?
Este nuevo término plantea desmontar el amor romántico, aceptarse y mantener una sanación constante para poder formar relaciones libres. (SHUTTERSTOCK)

Con el pasar de los años el lenguaje va adoptando nuevos términos que marcan el futuro de las sociedades. Actualmente con el movimiento feminista ha salido a relucir el término “responsabilidad afectiva” con un significado que transformaría las relaciones como actualmente las conocemos.

Este nuevo término plantea desmontar el amor romántico, aceptarse y mantener una sanación constante para poder formar relaciones libres. En las que no exista el miedo, la violencia, ni los engaños y de esta manera se cuida el corazón de quienes están involucrados, teniendo presente que existe una ética entre los vínculos, que va más allá de las parejas o relaciones poliamorosas o monógamas, sino que incluye a las amistades y círculo social.

La libertad no es lo opuesto a la responsabilidad afectiva”, afirma el portal feminista Amor Libre. Existen dos ideas sobre las relaciones “libres”: una trata de las relaciones no monógamas y la otra de las relaciones en las que podemos ser honestos, abiertos unos con otros respecto a cómo nos sentimos y vivimos nuestra sexualidad, a esta segunda es que se le llama “responsabilidad afectiva”.

Ejemplo: Juan y Laura estaban salieron durante un año, ellos nunca plantearon que relación tenían, pero lo que tenían funcionaba, ella se sentía muy bien con él. Un día Juan desapareció, bloqueo a Laura de las redes y borró su número sin ninguna explicación. Esto generó tristeza y confusión en Laura, pero con el tiempo se resignó. Aquí, ¿qué plantea la responsabilidad efectiva? Pues, viene a decir que cuidemos a los demás en la medida que sea posible. Hacernos cargo de enfrentar nuestras situaciones, ser claros en el vínculo, etc. En un primer momento definir qué vinculo existe entre ambos, los acuerdos, y cuando se sienta que llego a su fin, también expresarlo.

En un reportaje del periódico El País, la sexóloga Vivián Dufau planteaba que “la responsabilidad afectiva significa tener presente que todo acto tiene sus consecuencias y uno debe hacerse cargo de ellas. La responsabilidad afectiva, en este sentido, implica que, si uno está en relación con otra u otras personas, todo acto que realice va a tener una consecuencia en esa o en esas personas. Tiene que ver con la empatía”.

En un momento existía la idea de que “el amor libre implica que el otro o los otros no importan”, por esto nació la responsabilidad afectiva según explica la feminista y periodista Luciana Peker. Quien plantea tres puntos fundamentales para el desarrollo de la libertad en las relaciones.

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1. No dejes nada a la suposición, plantea acuerdos

Si vas a tener relaciones sexuales con una persona extraña y no la volverás a ver jamás, de todos modos, debes plantear acuerdos. Estos permiten que antes del encuentro la persona con quien estarás conozca que te gusta y las expectativas que tienes sobre ese momento que compartirás.

Esto aplica para relaciones, encuentros íntimos grupales, amigos, círculo social, todo lo que pueda involucrar una relación de afecto. Para Luciana Peker es necesario entablar todos diálogos posibles: “cuando no hay un diálogo posible se produce el dolor y la frustración”. Si planteas los diálogos antes, podrás conocer tus límites y el de los demás; permitiéndote evitar que en las relaciones que formes haya un abuso de poder.

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2. Tus emociones son tuyas ¡hazte cargo!

El otro o los otros no te hacen sentir mal. Tú te sientes mal o bien. Nuestros sentimientos y emociones deben ser vistos como nuestra responsabilidad. Nadie debe de tener en sus hombros la tarea de hacernos felices, nosotros debemos buscar la forma para ser felices.

Todos los sentimientos que llegamos a experimentar debemos interiorizarlos y no atribuírselo a segundos o terceros. Es decir, nadie más que tú tiene la culpa de lo que sientes. Si algo te afecta frecuentemente debes considerar ir a terapia.

La libertad que buscamos en las relaciones, solo está dentro de nosotros, debemos primero sentirnos bien con nosotros mismos y reconocer el papel que tenemos en la búsqueda de nuestra felicidad. Y no, no es fácil, pero teniéndolo claro es el primer paso para lograrlo.

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3. Practica la empatía, siéntate en la silla del otro

La gente generalmente no anda por el mundo con la intención de hacer daño, mucho menos si es tu pareja, amig@, compañer@ de trabajo, o cercano a ti. Si alguien te hizo sentir mal es importante que se lo comuniques y que en consecuencia te pongas en su lugar.

Si por el contrario, inconscientemente hiciste algo que ofendió, maltrato o hizo sentir mal a otros. Ponte en su lugar y entiende su reacción, pregúntate ¿Qué hubieras hecho tú si te hacen lo mismo? A lo mejor para ti no es grave o lo tienes normalizado, pero todas las personas somos diferentes y las cosas nos impactan de forma distinta.

Esta idea de Luciana es flexible, trata de mirar al otro desde el banco del cuidado, la protección, el respeto, y la responsabilidad, pero también mirarte a ti de la misma manera siendo libre sin ser individualista.

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Periodista, creadora de contenido y emprendedora. Amo bailar, viajar y comer. Me apasiona escribir sobre temas que empoderen y motiven a la gente, entre estos: viajes, bienestar y sexo.