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Salud visual infantil en tiempos de clases virtuales

La cirujana oftalmóloga Claridanea García ofrece recomendaciones para proteger la salud visual de tus pequeños de los daños causados por la sobreexposición a las pantallas

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Salud visual infantil en tiempos de clases virtuales
El uso frecuente de pantallas en los niños aumenta considerablemente el desarrollo y progresión de la miopía. (Shutterstock)

En un momento en el que, al menos en República Dominicana, en torno a la educación presencial todavía giran muchos sentimientos encontrados, las clases virtuales siguen dominando la escena como la modalidad educativa más acertada. Pero ¿te has puesto a pensar en los daños visuales que éstas suponen para tus pequeños?

De acuerdo con la doctora Claridanea García, cirujana oftalmóloga y creadora del espacio @oftalmologiard, el uso de pantallas en niños ha aumentado significativamente con la pandemia a causa de las clases en casa, lo que deriva en consecuencias que comprometen la salud ocular infantil. Así como los adultos sufren daños por la sobreexposición a celulares, tabletas y televisiones, aclara que los infantes también se ven afectados, aunque de forma distinta.

“El uso frecuente de pantallas afecta tanto la visión de los adultos como la de los niños. En los adultos se incrementa la incidencia de ojo seco y fatiga visual, ya que el parpadeo es lo que estimula la producción de lágrima, y al estar concentrados parpadeamos con una menor frecuencia. Por otro lado, en los niños aumenta considerablemente el desarrollo y progresión de la miopía”, cita la experta, enfatizando que en la miopía intervienen factores propios de la cuarentena, como la poca exposición a actividades al aire libre y la escasa salida al exterior.

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El deber de todo padre, dice, es controlar el tiempo que pasan los hijos frente a las pantallas. Según la Academia de Oftalmología, éste debe ser de cinco a 10 minutos en menores de 24 meses y de una a dos horas, distribuidas en tres lapsos, para mayores de dos años. Sin embargo, tomando en cuenta que se trata de un consejo no aplicable ahora, por las clases virtuales, García explica lo que sí se puede hacer: tomar medidas para reducir riesgos.

“Es mejor usar dispositivos que permitan mayor distancia visual. Es preferible TV a computadora, computadora a tablet y tablet a celular, además de que sean utilizados a la distancia correcta de la cara: celular a 35 centímetros, tabletas a 40, computadora de 55 a 60 centímetros y televisión a partir de 2.5 metros de distancia, dependiendo del tamaño de la misma”, indica. A eso agrega que es importante disminuir el brillo de las pantallas y asegurarse de que los pequeños adopten una postura adecuada al momento de usarlas: una posición de espalda a 30 grados con el dispositivo electrónico al frente de sus ojos, a la altura de la barbilla.

Alternar las clases virtuales con descansos de 10 minutos en el exterior por cada dos horas frente al computador, incentivar la realización de actividades al aire libre y la práctica de deportes, son otras recomendaciones que comparte García para contrarrestar el uso excesivo de pantallas, pues mantener a los niños activos los ayuda a estimular los movimientos musculares oculares y el enfoque visual de lejos. La experta sugiere también enseñarles la regla 20-20-20, la cual consiste en apartar la mirada de la pantalla por cada 20 minutos de uso y mirar un objeto situado a una distancia de 20 pies (un poco más de seis metros) durante un periodo de 20 segundos.

Signos que alertan sobre una afección

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Identificar problemas visuales no es tan sencillo para los niños; muchas veces éstos no saben diferenciar o manifestar cuándo ven bien y cuando no. Por eso la doctora Claridanea García enfatiza en la importancia de, como padres, estar atentos a los signos de alerta.

“Aproximación exagerada a los libros de texto u otros objetos, así como poner los ojos chiquitos para ver, como si fuera arrugando los ojos, constante lagrimeo por uno o ambos ojos, inclinaciones de la cabeza para compensar la mirada, rechazo a la luz o fotofobia y frotamiento ocular persistente son signos de alarma que pueden llamar la atención de los padres para la búsqueda de atención oftalmológica”, asegura.

La experta concluye exhortando a los padres llevar a sus hijos a chequeos oftalmológicos cada cierto tiempo aunque no presenten ninguno de los indicios descritos anteriormente, con la intención de prevenir patologías oculares. “Las visitas al oftalmólogo deben realizarse anual, ya que el sistema visual no está plenamente desarrollado en los niños pequeños y se requiere que ambos ojos se encuentren sanos estructuralmente para que los centros de visión cerebral se desarrollen de forma normal”, finaliza.

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Periodista de Revista. Me apasiona escribir sobre salud mental y relaciones de pareja. De no ser periodista, sería psicóloga con un blog.