Sosomo Rugs, alfombras con mucho arte
Los diseños de esta firma nacida en pandemia son elaborados artesanalmente en República Dominicana
Mayra Pérez Castillo
Todos los profesionales, sin importar la carrera, en algún momento deberíamos “dejar de ver para ver”. ¿El qué? Las nuevas oportunidades que se abren en el camino. Tal como hizo la creadora de Sosomo Rugs, un nuevo concepto de alfombras que evocan arte y que fue desarrollando en el quieto principio de la pandemia del COVID-19. En este contexto Soranyi Soliver Mota, egresada de Bellas Artes, tuvo la visión de llevar un diseño refrescante e innovador a los espacios a través de las alfombras.
La duda sobre emprender en medio de la crisis a ella no la visitó; por lo contrario, asegura que para ella “fue una ventaja, porque por primera vez en mucho tiempo pude detenerme a pensar, y tuve claro que tenía que aprovechar el momento para emprender con Sosomo. La pandemia ha hecho que cambiemos nuestros hábitos sociales y de consumo, ahora salimos menos a la calle, por lo que priorizamos estar cómodos en nuestros hogares, y no hay mejor forma de sentirnos cómodos que a través de la decoración de nuestros espacios”.
Pero antes de llegar a ese punto Soranyi exploró diversas formas de expresarse artísticamente y ninguna llegó a convencerla del todo. Hasta que llegó un recuerdo de su infancia, de cómo sus tías transformaban sus casas con solo un hilo y una aguja en las manos; hacían cortinas para la sala, tapete de ganchillo ... pero “a mí nunca me gustó la máquina de coser, ni hacer ganchillo, lo veo muy limitado, así que me decanté por las alfombras, porque me permiten tener la versatilidad de aunar un diseño artístico con una pieza funcional para el hogar”, nos cuenta.
Diseño y concepto de Sosomo Rugs
Soranyi se confiesa una compradora de alfombras de las tantas tiendas con las que cuenta República Dominicana, pero las suyas tienen la particularidad de tener el encanto de haber sido hechas aquí y con lo de aquí, es decir, son 100 por ciento dominicanas. Eso significa que cada pieza es cálida, singular y diferente al resto, tal como lo es nuestra identidad. No son elaboradas en serie, lo que se traduce en que cuentan con una esencia personal encantadora. “Nuestras alfombras parten de un lienzo en blanco y las posibilidades son infinitas”. ¡Sin duda, son obras de arte!
Ellas llegan para dar respuesta a esa búsqueda que muchos buscamos hoy de dar carácter propio y personalidad a cada rincón del hogar, dice su creadora, para quien “más que alfombras son piezas únicas que te permiten transmitir sensaciones o contar historias”.
Soranyi explica que el proceso creativo de cada alfombra varía si es una alfombra personalizada o un diseño propio. Si es un diseño propio siempre procura experimentar con técnicas y formas nuevas, crear algo que le permita crecer y mejorar. En cambio, si es una alfombra personalizada se toma un tiempo para hablar con el cliente, ver en qué estancia irá la pieza, los muebles que la rodean, la paleta de colores ,y desde ese punto, junto al cliente emprende la creación de su propio diseño, para que cuando la vea se sienta parte de la misma. Es decir, algo así como una obra de arte interactiva traducida en una alfombra.
Hasta el momento la marca se comercializa vía página web, en la que cuentan con siete variedades de diseños propios, los elaborados por clientes no se publican. Poco a poco se van agregando más modelos, pero en la actualidad la mayoría de los pedidos son diseños personalizados.
Una de las mejores partes que tiene esta historia que apenas comienza es que el entusiasmo de esta joven mujer ha comenzado a trillar un camino en el demandante mundo de la decoración y ha sido recompensado con una acogida que la ha sorprendido. “Al estar en un país caribeño no me imaginaba que la gente tuviera en tan alta estima las alfombras, es decir, no a tal nivel, para mí la acogida ha sido maravillosa”.
Una mirada a la artista
Soranyi Soliver Mota nació en El Seibo. Cuando terminó la licenciatura en Bellas Artes comenzó su carrera laboral, pero al ver la situación del mundo artístico en aquel momento y sin un espacio donde poder desarrollar su pasión, se decantó por el sector corporativo, trabajando durante años en varias multinacionales reconocidas.
Dice que lo que sucedió el pasado año para ella fue más una reinvención, ella se reinterpretó. “En mi caso las ganas de crear y el amor por el arte es algo que siempre he tenido dentro, el problema, es que por circunstancias de la vida siempre las he postergado. Ya puede ser por el ansia de escalar laboralmente o por la necesidad de generar ingresos continuos por las obligaciones”.
“Pero en el 2020 todo cambió”. Se le abrió la ventana que mira hacia la reflexión y el funcionamiento de todas las ideas que había tenido a lo largo de los años. “En mi experiencia, para lograrlo, primero hay que conocerse bien a uno mismo, saber qué te mueve y te hace feliz, y una vez que tienes clara esa motivación, lo demás viene solo, ya que la motivación interna es lo que te mueve a trabajar cada día para hacer crecer tus ideas y proyectos. No hay mayor satisfacción que ver cómo una idea se materializa, y si eres capaz de transmitir sentimientos al público a través de tus creaciones la satisfacción es completa”.
Ante los ojos de cualquier persona, entre las bellas artes y la creación de alfombras, hay un camino, que parece distante, pero que en su vida no lo es. Bellas Artes fue una elección natural, desde siempre tuvo claro que quería estudiar esta carrera, ya que le permitía expresarse. En el lapso de introspección valoró pintar, esculpir, actuar, coser, pero nada se adaptaba a lo que ella buscaba. “No quiero limitarme a crear una pieza que pueda exponerse y quede bonita, yo quiero crear una pieza funcional, que puedas admirar, pero a la vez cubra una necesidad, y que si decides recostarte en ella pueda transmitirte la calidez que doy en cada puntada”.
Mayra Pérez CastilloApasionada del contenido sobre la salud, la belleza, el buen vivir y la cultura.
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