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Buena vida

Una ingeniosa estructura a lo alto de Jarabacoa

Con 85 metros cuadrados de superficie, esta cabaña fue erigida a 1,200 metros sobre el nivel del mar

Ingeniosamente estructurada dentro de una superficie de vida de 85 metros cuadrados, el diseño de esta cabaña corresponde a la firma SBArquitectos y se alza sobre el nivel del mar a 1,200 metros en el proyecto inmobiliario Paso Alto. 

Encumbrada en el paso de mayor altura entre los valles de la Cordillera Central, ‘Carylu de lo Alto’ es una pequeña cabaña diseñada por el arquitecto Carlos Borrell, con un concepto de estudio matizado por un estilo rústico y una tendencia al minimalismo.

En esta vivienda, donde los elementos naturales juegan un papel preponderante, la familia Hernández Jiménez descubrió un lugar de descanso natural entre el Cibao y el Sur de República Dominicana. Y es que para su propietario, Héctor Hernández, su amor por Jarabacoa se remonta a tres décadas atrás y se proyecta a futuro en su destino de retiro.

“Esta pequeña cabaña, que construimos hace un par de meses, forma parte de la primera etapa de este proyecto inmobiliario; en una segunda etapa, construiré dos bungalows dentro de mi solar, para el disfrute de mi familia y amigos”, comenta el también socio y director comercial de Paso Alto.

Coherencia arquitectónica e interiorista

Enmaderados postes de luz fungen como columnas en este diseño que se cobija bajo un techo a dos aguas (con tejas y estructura de madera),y que sigue los preceptos de un sistema constructivo ampliamente utilizado en el Hemisferio Norte: el de las log homes (o casas de tronco, en su traducción al español).

Un vistazo a la fachada y al interior de esta infraestructura no solo habla de cómo el arquitecto Borrell se basó en la ejecución de muros estructurales de pino insigne, sino de cómo hizo combinaciones con muros de hormigón y revestimientos en piedras, manteniendo así la coherencia arquitectónica.

No obstante a su modesto tamaño, esta cabaña aloja, en un primer nivel, terraza, sala de estar, medio baño y cocina; en el segundo, el dormitorio principal con su baño; y en el tercero, un mezzanine con dos camas, para las visitas.

 

Por otro lado, si de responsabilizar a alguien de la decoración y el interiorismo de esta casa se trata, todos los dedos índices apuntan a Sonia Jiménez, su propietaria, quien gustosa se encargó de esa parte.

Tanto el mobiliario como las piezas decorativas de este hogar responden a una tendencia rústica, donde reinan la opacidad, las texturas y los tonos tierra.

Las derivaciones étnicas también se ponen presentes con la “naturalidad” de la madera y sus terminaciones rústicas; y el aspecto campestre, con la implementación de las alfombras y telas de textura fuerte con apariencia indio-americana.