Vacaciones en corto

Apostamos a la literatura como la compañera ideal para las vacaciones. Desconectarse es el mandato, no importa si decides quedarte en casa o escaparte de la ciudad. Y, como dicen que a los dominicanos les encanta vivir del cuento, no nos pareció demasiado descabellado inclinarnos por esta corriente literaria que se caracteriza por narrar historias breves empuñando la imaginación y la ficción entre sus letras.
Horacio Quiroga. CUENTOS DE LA SELVA. Es un libro infantil que le hace bien a la conciencia del adulto. Porque “entrar a la selva de la mano de Horacio Quiroga”, como relata en el prólogo María Granata, es fascinante. Escapar del bullicio urbano y convivir con los animales diseñados con su ingenio, dan ganas de quedarse y aliviar la pena de los flamencos o pelear con las rayas en el Yabebirí.
Edgar Allan Poe. LOS CRÍMENES DE LA CALLE MORGUE. Este fue uno de los cuentos traducidos por Julio Cortázar. En él nos hacemos amigos de Monsieur Dupin, quien tendrá la audacia de desenmarañar el crimen ocurrido en un barrio de París. Este cuento constituye el primero conocido del género policíaco y detectivesco [con el que se hizo muy famosa Agatha Christie] y del que muchos creen se inspiró el conocido detective Sherlock Holmes de Arthur Conan Doyle.

Juan Bosch. CUENTOS ESCRITOS ANTES DEL EXILIO. Quien no se haya leído al menos un cuento de Juan Bosch, todavía está a tiempo. Cortitos pero con una gran enseñanza. Los escritos antes, durante y después del exilo son imperdibles. Hay una justicia humana relatada con gran sabiduría. Algunos cuentos duelen, se sienten en lo profundo del corazón. Otros nos dejan grandes enseñanzas al mejor sentido de la sabiduría popular, que Bosch manejaba al dedillo.
Carlos Fuentes. EL QUE INVENTÓ LA PÓLVORA. No sabrás si es un cuento o es realmente una historia real. Definitivamente, te pone a pensar sobre el consumismo que vivimos en estos días, tantas veces a ojos vendados y sin reparar en las consecuencias. El final es brillante.
Juan Rulfo. NO OYES LADRAR LOS PERROS. Forma parte de los quince cuentos compilados en el Llano en Llamas. Cuando el Nobel García Márquez, a quien también citamos en esta lista, se topó por primera vez con él, no pudo leer ningún otro libro por cerca de un año. Los demás autores le parecieron inferiores. Ciertamente, estamos ante un cuento supremo, que nos agita, por la tragedia que retrata.

Gabriel García Márquez. OJOS DE PERRO AZUL. Este es el clásico que no te puedes perder. “Entonces me miró”. Es el inicio que le da García Márquez, de esos que enganchan hasta el final como solo él lo sabe hacer. Escrito en 1978, nos regala una narración rica en detalles, en descripciones. Un cuento sobre el amor que primero es soñado, porque comienza como un sueño, como todo o casi todo lo que amamos.
Charles Bokowski. QUINCE CENTÍMETROS. Aunque su fuerza literaria se concentra en la poesía no podemos dejar de mencionarlo. Tiene sus buenos relatos breves y éste es uno de ellos. Bukowski es un escrito mordaz [muchos lo odiaron, muchos lo amaron], pero la verdad es que es un genio de su generación, con una fuerte influencia en el movimiento literario “realismo sucio”.
Fotos: Shutterstock y fuente externa
Nazaret Espinal
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