Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Resolución
Resolución

El conflicto es positivo

Los conflictos son oportunidades para evolucionar, son saludables y nos motivan a cambiar hábitos obsoletos.

Expandir imagen
El conflicto es positivo

Un conflicto nos dice que hay algo que no anda bien, llama nuestra atención, quiere que miremos el mensaje que nos trae. Los conflictos son oportunidades para evolucionar, son saludables y nos motivan a cambiar hábitos obsoletos. Muchas mujeres aprendemos a evitar los conflictos por necesidad de ser adecuadas. En verdad, no son agradables, pero tampoco son malos en sí mismos.

No se trata de que vayamos por la vida buscando problemas o provocando a la gente. Por el contrario, solucionarlos implica generar el poder interior para sostener con dignidad y honestidad nuestra postura sobre algún asunto. Los conflictos nos mueven hacia las actitudes necesarias para mantener relaciones dignas y respetuosas con nosotras y con los demás. Cuando los conflictos generan excesiva ansiedad o desencadenan violencia significa que necesitamos hacer algunos cambios:

• Aprender a no tolerar actitudes que nos dañan.

• Aprender a decir que no a tiempo.

• Ser coherentes con nuestros verdaderos deseos.

• Comenzar a pedir lo que necesitamos.

• Mostrar la medida del respeto que deseamos que nos tengan.

• Fortalecer el poder de comunicar lo que pensamos.

• Desarrollar capacidad para elegir responsablemente nuestras acciones.

• Generar empatía con la otra persona y comprender su punto de vista.

Sólo en el conflicto podemos elevarnos sobre las situaciones, tomar decisiones positivas y desarrollar nuestro poder personal. El conflicto saca a flote nuestras creencias y nos permite analizarlas desde una óptica más honesta.

• Reconoce aquello que el conflicto te pide que transformes.

• Acepta que los demás pueden ser diferentes y que eso escapa a tu control.

• Ve más allá de las diferencias, encuentra el punto común que te sirva para proponer un acuerdo.

• Haz conciencia de ti, pregúntate cuál es tu interpretación del conflicto, qué significado tiene para ti. Al cambiar el significado de algo, también cambiamos nuestra respuesta.

• No tomes las cosas como algo personal. Todos estamos realizando nuestro plan espiritual y somos el espejo a través del cual podemos reconocernos mutuamente.

• Evita las palabras y emociones descontroladas que atizan el fuego.

• Retírate cuando necesites recuperar el control emocional, y siempre regresa a resolver la situación.

• Expresa tus límites en tono neutro. La autora T. Miedaner sugiere hacerlo como quien dice “el cielo es azul”.

• Expresa siempre cómo te sientes y muestra interés en saber qué siente el otro. Escucha activamente.

• Valora de quién depende que la solución propuesta se lleve a cabo, qué parte depende de ti. No siempre lograrás que los demás actúen como quieres. Sólo puedes ser responsable de tus propias actitudes.

A veces una situación no se soluciona de la manera en que nos parece correcta. Aún así, ventilándola con la otra persona ya comienza a solucionarse. Nunca dejes un conflicto sin resolución y cumple siempre tus acuerdos. La mejor manera de comenzar es mejorando nuestra gestión de los propios conflictos interiores.

TEMAS -