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Héctor Aníbal y su travesía en el arte

Héctor Aníbal es un artista multifacético. El camino de la vida lo llevó de ser el cantante de la banda Transfusión a convertirse en una personalidad de la TV, participar en numerosas obras musicales y destacar, finalmente, en la actuación. Ahora podemos apreciar su talento en “El hombre que cuida”, filme que protagoniza y que prueba su constancia en esta profesión, así como su dedicación para seguir trabajando, creciendo y aprendiendo como artista.

¿Qué buscas en los papeles que interpretas?

No busco un papel protagónico ni tomo en cuenta la duración de mi rol dentro de la película ni nada en específico. Busco que sea un buen proyecto, una buena historia y que el personaje que me están ofreciendo de verdad me toque y me llame la atención.

¿Cómo fue tu transición de la música al teatro y luego al cine?

Creo que el hecho de empezar con la música y después pasar al teatro musical se hace mucho más fácil, porque en el teatro musical estás trabajando el canto, el baile y la actuación, y tuve la oportunidad de trabajar con directores bastante exigentes en la parte actoral. Una obra de teatro en este país, o un musical, fácilmente eran nueve o diez meses de ensayos para dos fines de semana y la experiencia enriquecedora era precisamente eso, todo el tiempo que durabas ensayando y practicando papeles diferentes. Esas son cosas que me ayudaron bastante, así que la transición al cine se hizo mucho más fácil.

¿Con qué medio te sientes más cómodo?

Siempre va a ser la música, cantar es algo que me sale natural, pero actuar es algo que conlleva un trabajo bastante arduo para mí.

¿Qué tan difícil fue desenvolverte como artista al tener como madre a una celebridad como Adalgisa Pantaleón?

En este medio se hace bastante difícil. Primero tienes zapatos grandes que llenar, una responsabilidad muy grande, y más cuando son personas con carreras bastante exitosas y una trayectoria seria y profesional. Después viene la parte de que no se te da el crédito por el trabajo que haces. Siempre pasa, yo todavía lo oigo en diferentes áreas, pero lo bueno es que te ayuda, por lo menos en mi caso, a conocer el medio desde pequeño y saber que no todo es un cuento de hadas, sino que conlleva mucho trabajo y sacrificio, así estás preparado para hacerlo.

¿Cuál ha sido tu desafío más grande como actor?

Como actor todos los proyectos en los que he trabajado son un gran desafío porque lo primero con lo que tengo que lidiar es con mi inseguridad en cada personaje. Para mí la actuación no es algo que me sale natural, es algo que conlleva –primero– luchar con esa inseguridad de si lo voy a hacer bien, de si estoy a la par con ese proyecto. A mí me impulsa mucho el deseo de no querer fracasar, eso es lo que a mí me pone las pilas, el no quedar mal. Entonces para mí cada proyecto cinematográfico como actor es difícil. Cada uno viene con retos diferentes, pero tienen eso en común.

¿Qué necesitas hacer para salir de la piel de un personaje antes de empezar con otro?

Los proyectos en los que he trabajado han sido bastante intensos, donde los directores se toman bastante tiempo con nosotros, los actores, quienes duramos meses conociendo el papel, bloqueando todo lo que está afuera, entonces sí hay un proceso de desconectarse. En mi tiempo libre suelo hacer algo artístico, esa es mi forma de limpiarme y conectar creativamente con otras cosas que me llenen en lo personal. Para mí es importante ese período de borrar todo, al igual que el período en el que me involucro con un director para adentrarme en un papel, conocernos y hablar del personaje.

¿Cómo fue tu experiencia con “El hombre que cuida”?

Bastante enriquecedora. Alejandro y yo nos conocimos cuando audicioné para la película. Fue un proceso bastante extenso para conseguir el papel, pero eso nos permitió conocernos y, tras obtener el rol, vino un tiempo de discutir el personaje y tratar de desarrollarlo. ¿Qué me gustó de “El hombre que cuida”? Es una película que expresa mucho sin decir muchas palabras y (Juan) es un personaje con mucha profundidad e identidad. Fue una experiencia increíble, aparte de que duramos un mes viviendo juntos todos en una misma locación.

¿Sientes que el hecho de retomar un papel en distintas ocasiones puede afectar tu actuación?

Sí, eso afecta bastante. A mí me pasó en un proyecto en específico en el que paramos por un tiempo y tuvimos que volver a grabar uno o dos meses después y es muy difícil. En mi caso no puedo durar tanto tiempo desconectado de una película porque en eso pasan veinte mil cosas y te desconectas totalmente. En “El hombre que cuida”, la ventaja estuvo en durar un mes trabajando la película completa donde estábamos viviendo. No tenía que irme a mi casa, cuando terminaba el rodaje me quedaba con el director la noche entera hablando del personaje. Volvíamos al otro día, cambiábamos cosas y al final se nota en la película porque fue un proceso intenso y aprendimos bastante.

¿Hay planes para asumir el rol de director o guionista?

En este momento no porque creo que lo primero que tengo que hacer, por ejemplo, es un corto y no tengo ese tipo de conocimiento ni el enfoque de un director. Es muy difícil dirigir una película y producir un proyecto, sí me gustaría en un futuro poder hacerlo, pero lo primero es escribir un corto y de ahí partir. De hecho, he comenzado a escribir, pero es un proceso difícil. Yo admiro a todo el que pueda plasmar algo creativo en una hoja. Y me pasa lo mismo con las canciones. En un proyecto donde hay visuales es difícil hacerlo, son muchas cosas que hay que tener pendientes.

¿Tienes pensado volver a la música?

Sí, tenemos ahora un concierto con Transfusión el 5 de mayo junto a Al Jadaqui y Pavel Núñez en Hard Rock Café. Pavel y yo trabajamos y producimos mucho juntos. Después sí tengo la idea; de hecho tengo varios temas hechos y guardados. Estoy pensando en sacar un disco de cinco o seis canciones, tengo dos canciones que pienso grabar este año a mi paso. Es algo totalmente diferente... no es reggae, no es pop, sino algo más tropical, lleno de sentimientos y amargoso...

¿Volverías a participar en un musical, ya sea en teatro o en el cine?

Me fascinaría porque me gusta mucho mezclar la música con el baile y la actuación. Me hace falta cantar y si yo pudiera tener la oportunidad de trabajar en algún momento de mi carrera en alguna película con todos esos elementos, para mí sería increíble.

¿Con qué director te interesaría colaborar?

Aquí hay muchos directores con los que me gustaría trabajar. He tenido la suerte de haber colaborado con directores nuevos como Pedro Urrutia y Alejandro Andújar, y también de la trayectoria de Fernando Báez, pero me gustaría trabajar con Israel Cárdenas y Laura Amelia Guzmán, o Tabaré Blanchard, quien es súper talentoso y a quien conozco desde hace mucho tiempo. Hay muchos, pero más que nada me gusta trabajar con directores apasionados por sus proyectos.

Si tuvieras la oportunidad de volver a interpretar a uno de tus personajes en una secuela, ¿cuál elegirías?

Oh, me gustaría ser Máximo de nuevo en “Código Paz”. Me puse roca, me gustó mi mowhawk, Máximo sería algo chulo y que esta vez no me maten (risas). Sería chévere hacer ese papel de nuevo y estar otra vez con David, Pedro Urrutia y toda esa gente.

¿En qué trabajas ahora?

Actualmente estoy en mi proceso de fotografía, con la música y estudiando algunos guiones que me han llegado que son muy interesantes. Estoy disfrutando bastante de mi tiempo como padre, y esperando a que llegue algo interesante.

¿Qué sientes que te falta por lograr como artista?

No te sabría decir porque se me han presentado cosas en la vida que nunca he buscado. Siempre he tratado de mantenerme trabajando, pero nunca he trazado planes ni metas. Yo comencé cantando porque me gustaba y era algo natural, después fui bendecido al trabajar primero en televisión y después en teatro. Son cosas que han aparecido en mi camino y he tenido la fortuna de irme desarrollando y aprendiendo. No tengo metas que quiero lograr, simplemente seguiré moviéndome en la vida, conociendo gente, compartiendo, conociendo y aprendiendo. Para mí lo importante nunca ha sido el destino, sino el viaje.

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Infografía

—Fotos: Bayoan Freites —Dirección de arte: Norca Amézquita —Estilismo: Joselo Franjul —Peinado y maquillaje: Mónica Alburquerque —vestuario: Zara —Locación y agradecimientos: Arturo Fuente Cigar Club

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