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El humo del tabaco, las emociones fuertes y otros desencadenantes del asma

Muchas son evitables pero no las conocemos. Aprende y protege a tu familia

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El humo del tabaco, las emociones fuertes y otros desencadenantes del asma
La gente que padece de asma tiene las vías respiratorias sensibles y, por lo tanto, hay ciertos desencadenantes que pueden irritar estos conductos. (SHUTTERSTOCK)

El asma es una enfermedad crónica que, según la OMS, afecta a más de 235 millones de personas en todo el mundo. Es una condición bastante común en bebés y niños pequeños que luego puede ir atenuándose con el paso del tiempo. En general, las complicaciones que trae son leves, pero no es motivo para no estar atentos: los síntomas más avanzados pueden ser peligrosos.

Si bien todo parece indicar que en lugares con altos grados de urbanización la gente asmática es proporcionalmente más abundante que en otros, además de que los antecedentes familiares parecen aumentar las probabilidades de potenciales pacientes futuros, no está del todo claro cuál es el origen exacto de esta enfermedad.

Pero profundicemos un poquito más.

¿Cómo funciona el asma? Qué causa los ataques y sus síntomas

La gente que padece de asma tiene las vías respiratorias sensibles y, por lo tanto, hay ciertos desencadenantes que pueden irritar estos conductos, lo que causa que los músculos que los rodean se tensionen y su revestimiento se inflame. En consecuencia, las vías se cierran y los procesos respiratorios se vuelven dificultosos. En ese punto, se dice que una persona está sufriendo un ataque de asma. Estos pueden durar desde minutos a días, aunque en general no son tan largos.

Los síntomas más comunes, que se presentan durante dichos ataques, son la tos (que puede tener o no flema) y las sibilancias (un sonido silbante y chillón que se produce al respirar). Es sencillo escucharlas sobre todo en la exhalación. También puede presentarse una respiración dificultosa a la hora de hacer deporte u otra actividad física u ocasionarse un tiraje de la piel entre las costillas, en la que los músculos que las separan se contraen hacia dentro.

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Infografía

Esos signos son leves porque en general no pasan a mayores. Sin embargo se debe recurrir a los profesionales de la salud si se presentan algunos de los siguientes síntomas:

- Disminución de la lucidez mental (ya sea por confusiones o somnolencia);

- Cara y/o labios morados o azulados por la falta de oxígeno;

- Pulso rápido;

- Sudoración y, por supuesto,

- Dificultad extrema para respirar.

Estos signos son evidencia de un ataque grave de asma que podría terminar en fatalidad de no ser tratada como corresponde por el simple hecho de que el oxígeno no se distribuye como debe por el cuerpo y la persona sufre un paro respiratorio.

Ahora sí: los desencadenantes

También llamados alérgenos, son las sustancias que provocan el cierre de las vías respiratorias. Las más conocidas y frecuentes son los ácaros del polvo (motivo por el cual es recomendable mantener los ambientes que se frecuentan limpios y libres de él) y el polen (por eso, la primavera es una estación complicada para los asmáticos). De todos modos, no son los únicos. Algunos te los adelantamos en el título, pero aquí va una lista de alérgenos que podrían iniciar un ataque:

- El pelo o la caspa de los animales. No es que debas deshacerte de tu mascota, pero sin duda puede volver las cosas complicadas.

- El humo del tabaco. Debes tener en cuenta que incluso el humo de cigarrillos ajenos puede causar irritación, pero es especialmente peligroso cuando tú estás fumando. El humo también es bastante común como desencadenante.

- Químicos del aire o alimentos. En relación al aire, la contaminación del mismo es ya de por sí problemática para las personas con enfermedades respiratorias.

- Ejercicio. Se debe principalmente al estado de esfuerzo físico al que te sometes, que requiere una respiración más “fuerte”.

- Cambios en el clima. Más que nada, en la transición hacia climas fríos.

- Sentimientos fuertes. Sobre todo, el estrés, que es conocido por empeorar condiciones preexistentes o la salud en general.

- Infecciones respiratorias. El resfriado común, por ejemplo.

- Moho.

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Infografía

La OMS asevera que el asma está “infradiagnosticado e infratratado”, por lo que ante la cualquier complicación deberías atenderte en un centro de salud. Existen distintos tipos de tratamiento que pueden ser preventivos (ya sea farmacéuticos o simplemente reducir la exposición a los alérgenos) o incluso contrarrestar de manera inmediata los efectos de un ataque (inhaladores), pero no hay cura para el asma.

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