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Jet lag alimentario: un padecimiento en tiempos de cuarentena

Si no respetamos un horario para cada comida podemos tener consecuencias en el organismo

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Jet lag alimentario: un padecimiento en tiempos de cuarentena
Al cambiar radicalmente en nuestra rutina, podemos llegar a desfasar el horario de nuestras comidas y derivar en problemas relacionados con la obesidad. (SHUTTERSTOCK)

Eventualmente podemos saltarnos alguna comida o comer en horarios poco habituales. A veces tiene que ver con la rutina, si hemos tenido un día agitado, con jornadas laborales extendidas o tardes a puro estudio, ¿verdad? No pasa nada ante este tipo de situaciones, pero puede tornarse un problema si hacemos de esto un hábito.

Es lo que se conoce como Jet lag alimentario y suele suceder en épocas de cuarentena o de aislamiento como las que atraviesa el mundo para evitar la propagación del Covid-19. A raíz de este cambio radical en nuestra rutina, podemos llegar a desfasar completamente el horario de nuestras comidas y esto puede derivar en problemas relacionados con la obesidad.

Cómo funciona nuestro organismo

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Infografía

Nuestro cuerpo está acostumbrado a funcionar con la luz del sol. Durante el día estamos habituados a comer y nuestro cuerpo sabe que tiene que prepararse para digerir los alimentos, absorber todos los nutrientes y procesar lo que debemos evacuar. Por la noche, cuando no hay luz, nuestro cuerpo se prepara para descansar y así resetearse para el día siguiente.

Nuestro cuerpo se habitúa a esta rutina a tal punto que generalmente tenemos hambre a la misma hora, así como también empezamos a sentir sueño de igual manera a la misma hora todos los días. A tal punto nuestro reloj biológico se acostumbra a estas rutinas, que si incluso lo desfasamos durante los fines de semana podemos tener jet lag social, del que ya hemos hablado, ¿recuerdas? Pero si el cambio es total, los problemas podrían ser más graves.

Qué sucede si tenemos jet lag alimentario

Básicamente, nuestro cuerpo se desorientará si modificamos y desfasamos todos los horarios de nuestras comidas. Si a raíz de la cuarentena modificamos todas nuestras rutinas alimentarias, al cuerpo le costará más de lo habitual el digerir los alimentos, gestionar los nutrientes, dosificar la respuesta a la insulina y muchas otras consecuencias poco saludables.

Cómo evitarlo

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Se trata, básicamente, de ser organizados. Y en esta época de aislamiento parece ser una tarea aún más difícil, ¿no es verdad? Trata de respetar los mismos horarios y rutinas que tenías previos a esta situación: levántate y prepárate de igual manera para trabajar, así lo hagas desde casa. Come a las mismas horas y, de ser necesario, presta más atención a mantener una alimentación balanceada y saludable.

- Si te sirve, puedes organizar tu menú semanal durante el fin de semana. Además de organizarte en tus horarios, puede servirte para organizarte a la hora de cocinar y así ganar más tiempo para destinarlo a hacer algo de ejercicio durante la semana.

- Trata de respetar los horarios para irte a dormir. Aunque es cierto que en estas épocas nos vemos más tentados con mirar un capítulo más de esa serie que nos tiene atrapados, a la larga puede influir en un descanso de mala calidad.

- Haz ejercicio: aunque ya lo hemos dicho más arriba, no está de más repetirlo. Organiza todos tus horarios para que puedas dedicarle el tiempo necesario a ejercitarte, mover tu cuerpo y mantenerte en actividad. Eso también ayudará a tu metabolismo.

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