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Por qué retienes líquidos y cómo puedes solucionarlo

Mira los motivos por los que se produce y qué debes hacer para evitarlo o tratarlo

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Por qué retienes líquidos y cómo puedes solucionarlo
El agua es fuente esencial de la vida, pero en algunas situaciones se altera el equilibrio de las cosas. (SHUTTERSTOCK)

Está claro que nuestro organismo necesita de líquidos para funcionar. El agua es fuente esencial de la vida, pero en algunas situaciones se altera el equilibrio de las cosas y hay más líquido del necesario. A esto se le llama retención de líquidos o edema y puede pasar tanto de manera localizada como generalizada.

En primera instancia, si tienes retención de líquidos debes consultar al médico. No siempre significa que hay un problema más grave, pero algunas veces puede ser síntoma de otra enfermedad.

Las causas pueden deberse a una insuficiencia cardíaca. Es que si el corazón no funciona correctamente, no bombea la sangre hacia otros órganos y ésta se acumula en las venas, por lo que la función de los riñones se ve alterada y reducida. Si pasa esto, los edemas serán más evidentes en las extremidades inferiores, aunque también puede derivar en agrandamiento cardíaco y en dificultad respiratoria.

Puedes desarrollarlo por una cirrosis hepática, generando retención líquida en el abdomen, llamada ascitis. Afecta hasta al 50% de los pacientes diagnosticados con cirrosis hepática.

También puede deberse a enfermedades renales o al síndrome nefrótico, que también traen aparejadas las pérdidas de proteínas en sangre. Se suele notar el edema en los párpados, principalmente por la mañana, pero la retención es generalizada en todo el cuerpo.

Las mujeres embarazadas también experimentan retenciones de líquidos por la adaptación cardiovascular que realiza el cuerpo para favorecer el crecimiento saludable del feto. No suele haber mayores anormalidades, pero deberían prestar atención a la aparición de fiebre, tos, hipertensión o dificultad para respirar porque ahí sí podría significar un problema mayor.

Por último, también puede deberse a un ritmo de vida sedentario. Para solucionarlo o tratarlo, en primer lugar debes acudir a un médico si notas alguno de los síntomas anteriormente mencionados. Además, se recomienda hacer ejercicios de manera recurrente, prestando atención a los ejercicios de estiramiento. También deberías evitar la ingesta excesiva de sodio y productos procesados, procurando tener una buena y variada alimentación y un correcto consumo de agua.

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