Una convivencia es feliz cuando parte de estas 7 premisas
¿Cuántas se cumplen en tu hogar? ¿Sumarías alguna?

Convivir no siempre es sencillo pero cuando todos ponemos lo mejor de nosotros los resultados son mejores. Ya sea que convivas en pareja, con hijos o sin hijos, o que tu compañero de hogar sea un amigo o familiar, estas claves son aptas para todos y todas.
Las tareas del hogar se comparten
No solo entre la pareja, sino entre toda la familia. Cada uno dentro de sus posibilidades y tiempos, debe aprender a contribuir con la organización del hogar. Lavar, ordenar, limpiar, hacer las compras. Hay opciones para todos, incluso para los más pequeños. Podemos inculcarles el hábito de organizar sus juguetes y pedirles que sean nuestros asistentes al momento de cocinar. Entre hombres y mujeres la balanza debe ser pareja, y ambos deben asumir la misma responsabilidad y no convertirse únicamente en “ayudantes” de la otra persona.
Se respeta la privacidad
Más allá de que vivamos en el mismo espacio, cada uno tiene derecho a su privacidad. Para estar en silencio, para hacer algo personal, para hablar por teléfono o cambiarse. Cada uno debe tener sus espacios, cajones, y no debemos irrumpir en las pertenencias del otro cuando sabemos que así no lo quiere sin su permiso. Esto aplica tanto para parejas como en el caso de los niños. Una vez que alcanzan determinada edad, van a querer su privacidad, cerrar la puerta y no sentirse bajo la mirada permanente de los padres.

El silencio está permitido
No por el hecho de convivir debemos sentir la presión de estar interactuando de manera permanente. También podemos simplemente estar al lado pero realizando actividades diferentes o mantenernos en silencio por un rato. Siempre y cuando las relaciones sean saludables y se suela interactuar de manera positiva con el otro, estos espacios están más que permitidos y de hecho son saludables.
Debemos complementarnos, no cambiarnos
Si comienzas a vivir con tu pareja, la idea no es que esto afecte tu forma de hacer las cosas, tus gustos o tus hábitos. Ninguno debe priorizar lo suyo sobre el otro sino que justamente se trata de aprender a compartir y complementarse. La decoración puede tener una mezcla de los gustos de ambos, cada uno puede seguir manejando sus horarios, sus actividades. Solo así podrán convivir con felicidad y mantener una relación saludable a lo largo del tiempo.

Pautas claras y consenso en los gastos económicos
No importa si todos aportan lo mismo o si el acuerdo es diferente. Lo importante es que la organización económica sea clara y todos los adultos estén de acuerdo en sus pautas y que se sientan cómodos con el tema.
Las cosas se consultan
¿Vas a invitar gente a casa? ¿Quieres subir la música? Consulta con las personas que viven contigo para asegurarte de que todos estén de acuerdo con tus planes. Quizá puedan arreglar para hacer otra cosa, sumarse a tu plan o simplemente aprender que ellos también te consultarán cuando quieran hacer algo que te incumbe a ti.
Se respeta al otro
La buena comunicación y la empatía son de las principales claves para convivir en armonía. Limpia lo que ensucias y si vas a cocinar pregunta si alguien quiere sumarse a tu plan. Por otro lado, si notas que una persona no está del mejor humor, respeta su espacio así como esperarás que respeten el tuyo cuando el que necesite silencio seas tú. Asegúrate de tener un buen trato con todos siempre, si tuviste un mal día no traslades tus frustraciones al resto. Busca siempre la conversación, la armonía y el compañerismo.
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