Whittier, la historia del pueblo que vive en un único edificio
No es la trama de una película de terror, es un pueblo real de Alaska y aquí te contamos de qué se trata
Diario Libre
Imagínate un crucero... ¿cómo es? ¿Qué tiene? ¡Uf! Demasiadas cosas para nombrarlas, probablemente. Ocurre que los cruceros son lo más parecido a las ciudades flotantes que existe, y si te detienes a pensar un poco en la idea es bastante rara, ¿no crees? Un lugar que concentra mucha gente en una instalación gigantesca y que cuenta con varios servicios diferentes.
Bueno, esa imagen en realidad no se limita sólo a estos lugares para vacacionar, pues existe una ciudad llamada Whittier que exactamente eso: una comunidad que vive en un edificio.
Un poco de historia
Corrían los años 50 y Alaska era un lugar geoestratégico importantísimo por cuestiones de la Guerra Fría. Estados Unidos decidió instalar en un pueblo sumergido en la tundra pre-ártica dos edificios destinados a su ejército (porque bueno, esas son las cosas que hace Estados Unidos). En los 60, el territorio empezó a perder importancia y las tropas se fueron retirando de las nuevas construcciones, las Begich Towers y el Buckner Building.
Imagina esto por un segundo: vives en un lugar de temperaturas hostiles en el que literalmente podrías morir de frío, pero a causa de las tensiones políticas internacionales tu gobierno pasa por allí y deja unas construcciones que después abandona en casi perfecto estado ¿Qué harías? Para los habitantes originales de Whittier, la pregunta fue fácil de responder: mudarse allí y convertir el edificio en su nuevo hogar.
Después de algunos percances ocasionados por un terremoto con tsunami ocurridos en 1964 y los posteriores arreglos en las torres Begich y alrededores, todos estaban listos para mudarse allí. El Bucker, por su parte, fue completamente abandonado y hoy en día parece sacado directamente de una película de terror.
El lugar y sus peculiares características
En cuanto al clima, como podrás imaginar los inviernos de Whittier son difíciles, pues alcanzan una media de -20° centígrados y suele acumularse más de un metro de nieve. Los veranos pueden ser más tranquilos, e incluso acuden a sus costas veleros y embarcaciones de pesca para ver su puerto deportivo. Además, es la ciudad más húmeda de toda Alaska.
La Begich Towers están compuestas principalmente por apartamentos en los que vive la mayoría del pueblo (que en 2010 superaba apenas las 220 personas), y tienen de todo dentro del mismo edificio: policía, alcaldía, hotel, iglesia, centro de correo y algunas cosas más, típicas de cualquier ciudad. Incluso se conecta con el jardín municipal a través de un túnel subterráneo, por el que se accede cuando el invierno complica las cosas.
El lugar está tan asilado como parece. El único modo de legar allí por tierra haciendo un viaje en auto por un túnel de 4 kilómetros llamado Anton Anderson, que incluso se cierra durante las noches. No estamos hablando del hotel Overlook de El resplandor, pero tiene ciertas similitudes, ¿no crees?
Las Begich Towers cuentan con 14 pisos y una serie de corredores y elevadores que conectan sus tres módulos. Sus residentes pueden mantenerse allí dentro durante grandes períodos de tiempo con las provisiones correspondientes por lo que se ha vuelto un ejemplo de cómo este tipo de construcciones podrían ser una excelente alternativa de vivienda en ámbitos hostiles.
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