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Las Rachel: “La idea de un amor prohibido es universal”

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Las Rachel: “La idea de un amor prohibido es universal”
Rachel

Nada tiene que ver el efecto del vodka que les sirvieron al llegar, pero es lógico que se rían al darse cuenta de que las dos se dan la vuelta cuando alguien las llama por el mismo nombre. Después de todo, Rachel Weisz y Rachel McAdams son las dos Rachel más famosas de Hollywood (no, claro, el personaje de Jennifer Aniston en ‘Friends’ no cuenta). Y en el restaurante Lavelle de Toronto, muy cerca de donde también vive McAdams, pudimos reunirlas para conversar sobre su próxima película: ‘Disobedience’.

¿Si digo Rachel, quién habla primero?

Rachel McAdams: Ella (Risas).

Rachel Weisz: Es cierto, somos dos Rachel.

Cuando tuvieron que trabajar juntas, ¿cómo las llamaron en el estudio de cine, para distinguirlas?

McAdams: La gente empezaba a llamarnos W o M por un tiempo, pero era mucho más difícil que decir ‘Rachel’ y ‘Otra Rachel’ o los nombres de nuestros personajes, Esti y Ronit, que después de un tiempo empezamos a responder mucho más cómodas.

¿Aprendieron algo en especial entre ustedes que no sabían antes?

McAdams: Sí, tuvimos mucho tiempo para hablar más allá del cine.

Weisz: Yo sé que Rachel (McAdams) a los nueve años era una muy, pero muy talentosa patinadora artística.

McAdams: Eso es lo que ella imaginó (Risas).

Weisz: En mi mente lo imaginé, pero sé que conseguiste el entrenador que querías, que tenías que entrenar después de la escuela y los fines de semana. Y el mismo entrenador esperaba que pudieras conseguir alguna...

McAdams: ... medalla de oro en las Olimpiadas.

Weisz: Sí. Y a los nueve años te diste cuenta de que entre el patinaje y la escuela no tenías tiempo libre ni infancia. No lo contaste así exactamente, pero en mi mente pudiste haber sido la mejor campeona olímpica de patinaje artístico. Así que, para mí, ella siempre va a ser mi hermosa patinadora artística, con su bello traje de lentejuelas. Yo amo las lentejuelas (Risas).

McAdams: Creo que tomamos caminos diferentes. En la próxima vida Rachel.

Weisz: Mi vida es mucho más aburrida, sin lentejuelas.

McAdams: Ah, no. Ella (Rachel Weisz) llegó a tener su propia compañía de teatro y va a empezar de nuevo. ¿No?

Weisz: Sí.

McAdams: ¡Vamos! Ya te comprometí, ahora vas a tener que hacerlo.

Con una película como ‘Disobedience’, donde dos personas tienen un enlace íntimo tan especial, ¿ustedes tienen a alguien en especial que hayan conocido en el pasado y con quien todavía conservan una excelente relación?

McAdams: ¿Para mal o para bien ¿No es algo que pasa con todos los que alguna vez nos enamoramos? Cuando los vuelves a ver te parece que los odias, pero los amas igual. Es muy extraño, aunque hayan pasado 20 años. Son cosas que nunca pasan. Tienen el poder de quedarse en nosotros... no sé. Tampoco tengo demasiados (Risas).

Weisz: Todos en general tienen un enlace especial con el pasado.

¿Cómo consiguieron lograr en tan poco tiempo tanta química con la relación romántica que muestra la película entre las dos?

Weisz: Cuando empezamos a trabajar juntas sentí que lo hacíamos de una forma similar. Fue increíblemente fácil todo lo que hicimos, tratando una y otra vez. El director, Sebastián Leilo, también fue muy detallista, tratando de perfeccionar hasta lo más ínfimo.

McAdams: Yo lo sentí como si fuera una coreografía, como un baile donde teníamos que seguir cada paso con un estilo de baile que conocíamos. Fue muy fácil. Esa es la mejor palabra que lo describe. Al principio, entre nosotras, también dijimos que podíamos confiar la una en la otra. A pesar de tener caminos diferentes por recorrer y los personajes estuvieron separados, como actriz no lo sentí igual.

Weisz: Sí, de verdad, cada una de nosotras respaldó a la otra. Y esa es también una forma de afecto. La noche del estreno mundial estábamos paradas detrás del escenario, antes de presentar la película, y yo le dije a Rachel: “Nunca hubiese podido hacer esta película con otra actriz porque lograste que todo saliera mucho más fácil de lo que realmente debía haber sido”.

Más allá de haber filmado en el mismo lugar donde se crió Rachel Weisz, con la dirección del argentino/chileno Sebastián Lelio, la película ‘Disobedience’ es un drama basado en la novela de Naomi Alderman, sobre la historia de una mujer que vuelve a la casa de su familia judía ortodoxa, después de la muerte del padre, rabino, con la controversia que genera mostrar un romántico interés por una amiga de la infancia.

¿Cuál de las dos Rachel fue la primera en llegar a la producción de la película?

Weisz: Yo. El libro me había gustado por los dos roles femeninos tan fascinantes y el nivel de complejidad. Y aunque el escenario era una pequeña comunidad del norte de Londres, me pareció que el tema es muy universal. Creo que todos crecimos en algún lugar donde dejamos nuestro hogar o nos quedamos viviendo cerca. Todos también tenemos cierta fe y otros la dejan por completo. Y la idea de un amor prohibido dentro de un contexto tabú como ser gay, me parece bastante universal.

Y a Rachel McAdams, ¿qué le gustó de la película?

McAdams: Como Rachel, yo me enamoré de los dos personajes femeninos por igual. Eso solo ya es bastante raro y excepcional. Los personajes son algo increíble para cualquier actor y me encanta que tengan también el mismo peso, aunque el rol de Esti era el más complicado. Ella actúa desde su subconsciente, donde siente que tiene que contarle al padre lo que siente. También ama su estilo de vida, su religión, ama a su esposo, pero tiene que cambiar... Mejor cambiemos de tema porque puedo seguir hablando el día entero.

¿Qué es lo que más admiran de los personajes que les tocó interpretar?

Weisz: Lo que a mí me gusta del personaje de Ronit en esta historia es el desastre en que ella se mete. Tiene un trabajo, insiste en que está todo bien, pero cuando el padre muere sale a la luz el desastre de su vida. Y es lo que yo también admiro, la intensa y verdadera humanidad que todos tenemos cuando tratamos de esconder lo peor.

McAdams: De nuevo, a mí me gusta la transformación real de mi personaje Esti, quien en el mejor momento de su vida puede ir para cualquier lado y se anima. Me pareció también algo muy humano.

Y Rachel Weisz, por ejemplo, ¿tuvo en cuenta con la actuación la transformación que la gente ve al final?

Weisz: Supongo que todos lo van a interpretar de una forma diferente, pero para mí, en el momento en que él le da la libertad a la esposa, me parece que también se convierte en el mejor rabino posible. Ese es el rabino que a mí me gustaría conocer, con su propia sinagoga liberal, porque hay un lugar en este mundo para él. Y le va a ir bien. Esa es mi interpretación.

¿Conocían bien la comunidad judía ortodoxa en Inglaterra o tuvieron que investigar el tema?

Weisz: Es una comunidad muy privada. Solo se puede formar parte por invitación y Rach McAdams lo logró. Pero yo tampoco tuve que investigar demasiado porque mi personaje abandonó la religión y tampoco sabía demasiado sobre el tema, aunque fui criada en la religión judía.

¿Cómo resultó entonces la investigación de Rachel McAdams, que ni siquiera es judía como Rachel Weisz?

McAdams: Fue una de las investigaciones más ricas que jamás había tenido. Ya había empezado en Los Ángeles, cuando traté de entrar en secreto a la comunidad ortodoxa de L.A. y no me salió tan bien, pero la gente fue muy cariñosa, comí torta de miel para Rosh Hashanah, en Año Nuevo. Lo gracioso es que trataba de entrar en secreto en esta comunidad y lo único que hacía era comer y comer (Risas). Eso es también muy judío, comer bien. Y yo me sentí muy bienvenida cuando me invitaron a las cenas del Shabbat. La gente que conocimos fue maravillosa y el hecho de filmar en el mismo lugar, en las calles de Hendon, marcó la diferencia.

¿Quién eligió al director hispano Sebastián Lelio?

Weisz: Yo, después de ver la película ‘Gloria’. Me quedé asombrada de que hubiera filmado una película con un personaje femenino que en otra película solo hubiera aparecido como la tía o la abuela, en solo un par de escenas. Pero Sebastián puso a esta mujer, con su sexualidad, su búsqueda romántica, por atrás y por delante. Nunca antes había visto algo así. Y cuando se la mostré a Frida Torresblanco, una de las productoras, ella sugirió mandar el guion a Sebastián. Ni siquiera me animé a soñar con que podía llegar a leerlo y sin embargo él fue el que dijo: “Esto es para mí”. Lo leyó enseguida y nos dijo que le encantaría dirigirnos.

¿Qué opinan de él ahora?

Weisz: La empatía que tiene es increíble. Como director no es fácil mantener la historia de tres personajes que tienen diferentes puntos de vista, una agenda moral tan diferente y deseos tan distintos, manteniendo al público en la transición. Pero te hace sentir, escuchar y entenderlos desde esta casita en Hendon y un estudio donde ni siquiera podías mover las paredes para agregar luz. Era todo muy íntimo. Y las emociones también fueron muy crudas. Pero Sebastián creó un ambiente donde todos nos sentimos seguros.

McAdams: En cada escena que filmamos, sin importar lo corta que era, siempre había lugar para descubrir algo nuevo. Fue una producción de bajo presupuesto, no había demasiado tiempo, pero siento que aprovechamos hasta el último segundo. La colaboración entre todos fue total.

Rachel Weisz es también productora de la película y, en ese sentido, Jake Gyllenhaal hace poco dijo que en su nuevo rol de productor descubrió que si todo va mal, les pegan en la cara a los productores, y si todo va bien, nadie les da crédito...

Weisz: Al menos nadie me ha pegado todavía (Risas). A mí me encantó el material, ofrecérselo a Sebastián Lelio, ver cómo evolucionó el guion a lo largo de dos años y medio, con todas las encarnaciones que hubo, ver cómo Sebastián seleccionó a los actores. Recién después yo me puse el traje de actriz porque la visión de la película es exclusivamente de Sebastián. Y me encantó trabajar con Rachel (McAdams). Estoy muy orgullosa de toda la película.

¿Y Rachel McAdams qué opina? ¿Rachel Weisz fue buena jefa como productora?

McAdams: La respeto mucho por la forma en que pudo separar los dos roles para estar siempre presente y con un gusto impecable. Sentí que las dos estábamos cocinando una película. La vi con el sombrero de productora y totalmente comprometida con el rol de Ronit, permitiendo que el director también encontrara su propia visión. Me pareció maravilloso.

Las Rachels

Con el honor de figurar entre las bellezas más famosas del mundo del cine, ambas en realidad nacieron bastante lejos de Hollywood: Rachel Weisz en Londres, el 7 de marzo de 1970, y Rachel McAdams también en Londres, pero del otro lado del Océano Atlántico, en Canadá, el 17 de noviembre de 1978. Con destinos también muy parecidos, con diferentes producciones de Shakespeare McAdams se decidió por la actuación a los 13 años, y Weisz también tenía 14 cuando empezó a trabajar como actriz con el mismo estilo de teatro. Siendo más joven, Weisz conoció primero la fama en 1999 con ‘The Mummy’, aunque McAdams tuvo que esperar hasta el estreno de ‘The Notebook’ con Ryan Gosling en 2004. Y mientras Rachel McAdams tuvo noviazgos famosos con Ryan Gosling, Josh Lucas y Michael Sheen; Rachel Weisz tiene el honor de haber tenido

un hijo con el actual novio de Jennifer Lawrence, Darren Aronofsky, antes de casarse con James Bond, Daniel Craig (tal como lo hubiese hecho el Agente 007, se casaron el 22 de junio de 2011,

en una ceremonia privada donde solo hubo cuatro invitados, incluyendo el hijo de ella y la hija de él). Pero en la película ‘Disobedience’ son Rachel McAdams y Rachel Weisz las que realmente tienen un romance tan romántico como prohibido.

—Fotos: Gettyimages y Romar Media y TIFF

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