Cualidades gerenciales

La acelerada transformación económica provocada por la globalización y los avances tecnológicos ha pasado factura a varios sectores tradicionales, y resulta particularmente notoria la pérdida de importancia relativa de la industria frente a los servicios. Era inevitable que ese cambio se reflejase en las calificaciones requeridas de los ejecutivos de las empresas.

Hasta hace poco las cualidades gerenciales más valoradas eran aquellas que convenían a la continuidad del esquema vigente de negocios. Los ejecutivos debían velar para que el ciclo operativo de la compañía se mantuviera funcionando, cuidar las fuentes de suministro de insumos, vigilar el mercado para sus productos, estabilizar los índices de comportamiento, controlar el flujo financiero, manejar los recursos humanos, monitorear los costos, optimizar la distribución e incrementar el renglón de beneficios.

Para darnos cuenta de hasta dónde esos criterios han variado, basta mencionar los conceptos vertidos por el presidente de la compañía Ford el año pasado, en ocasión de la designación del principal ejecutivo de la empresa. Según Bill Ford, tataranieto del legendario Henry Ford, fundador de la compañía, el ejecutivo que se necesita hoy en día no es el que puede mantener una empresa como ella es actualmente, sino aquel que posee la capacidad para imaginar cómo ella debería ser en el futuro, y en base a eso dar los pasos requeridos para construir la compañía alrededor de dicha visión. Para ello deberá poder tomar decisiones rápidamente, reducir costos, modernizar las operaciones y superar a los competidores.

A pesar de que fue el único de los grandes fabricantes automotrices estadounidenses que no necesitó ayuda gubernamental durante la crisis del 2008, la Ford ha visto sus acciones perder casi una tercera parte de su valor en los últimos tres años, y se le considera rezagada en el desarrollo de vehículos eléctricos y auto-conducidos.

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Gustavo Volmar