Párroco de la Nueva Barquita afirma que todavía no se ha logrado el proyecto ideal

SANTO DOMINGO NORTE. “No tenemos una Barquita ideal, libre de ladrones, droga y de violencia, donde los niños vean buenos ejemplos y la gente tenga trabajo digno”. Así lo afirmó ayer el padre Gregorio Alegría, párroco de la iglesia San Francisco de Asís, al oficiar una misa con motivo del segundo aniversario de la inauguración del poblado.

El religioso dijo que falta mucho por hacer, pero resaltó lo que se ha logrado con viviendas dignas para las familias que vivían en malas condiciones en la vieja Barquita.

Insistió en que se requiere una Barquita Nueva, no solo en edificios, sino lejos de los vicios y destacó que los habitantes tienen muchos ojos puestos en el sector, incluido el presiente Danilo Medina que quiere sea un modelo para replicarlos en otras zonas vulnerables.

“No estamos todavía plenamente, se necesita educación y educar a los hijos en valores humanos y responsables, con respeto y solidaridad, lejos de las drogas, de la delincuencia que matan la sociedad”, dijo el sacerdote.

En la homilía el padre Alegría dijo que las personas se forman con educación no con fuego ni martillo pro o que llamó a los moradores a ser agente de una nueva sociedad.

Sostuvo que es difícil construir una ciudad humana donde la gente viva uno junto a otro y no uno contra otros donde haya peleas, mentiras, violencia.

Exhortó a los residentes en la Nueva Barquita dejar lo viejo para darle paso a lo nuevo, a una nueva vida porque como dicen los evangelios hay que cruzar el río, que en ese contexto significa empezar una nueva vida.

El sacerdote Alegría llamó a educar en valores y afirmó que muchos jóvenes son siguen la conductas de sus padres.

Las demandas

Los moradores dicen sentirse bien, en sentido general porque tienen los principales servicios como agua permanente, energía eléctrica y recogida de residuos sólidos con eficiencia, sin embargo, abogan por fuente de empleos debido a que muchos de los habitantes que vivían del chiripeo en la Vieja Barquita, se les tiene prohibido en el nuevo proyecto.

Reclaman la instalación una zona franca donde las personas residentes puedan ganarse el sustento de sus familias u otra fuente de empleo.

Adalberto de la Rosa