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Niños y ancianos: los más afectados por la naturaleza

Cómo en República Dominicana se preparan para enfrentar los fenómenos meteorológicos y desastres naturales

SANTO DOMINGO. Los niños y adultos mayores son los sectores poblacionales más afectados por el impacto de fenómenos de la naturaleza como huracanes, riadas y terremotos, que dejan una secuela de males psicológicos que en ocasiones llevan hasta la muerte.

La conclusión es parte del taller celebrado ayer sobre “Acciones Estratégicas en la Respuesta y Recuperación a Desastres”, dentro de las actividades del III Foro Latinoamericano y del Caribe de Vivienda y Hábitat organizado por OnuHábitat y Cities Alliance y que concluyó ayer.

El vicealcalde de Portoviejo, Ecuador, Carlos Vázquez, dijo que en el caso del terremoto que afectó a su país el 16 de abril de 2016, los niños, principalmente en Portoviejo y los adultos mayores que fueron movilizados de las zonas de riesgo han quedado con niveles de traumas, por lo que han tenido que buscar ayuda de psicólogos y sociólogos porque en 100 años no se conocía de un terremoto en ese lugar.

Indicó que en Ecuador no son tan comunes los terremotos a pesar de estar en el centro del mundo, pero que a partir del ocurrido hace casi dos años han asimilado experiencias no solo de ayudar a las personas en situaciones de emergencia, sino luego de ocurridos los hechos.

“Los pequeños y los adultos mayores tienen aún un gran problema de inseguridades apenas tiembla algo, entonces ese trabajo hay que hacerlo y también es muy importante la capacidad de resiliencia que ha habido en la gente en sí”.

Manifestó que hay que hacer acompañamiento con las personas afectadas por fenómenos de la naturaleza, principalmente los niños, porque además del trauma por el desastre, tienen que convivir en condiciones también de vulnerabilidad como en carpas durante casi once meses.

“Se les daban charlas, juegos, cursos de computación, se les daban horas deportivas, se tuvo que trabajar intensamente con ellos para de alguna manera comenzar a disipar esa secuela de terror, en un inicio, y que fue terminando en temores que van quedando y que necesitan que haya un acompañamiento no solo a corto plazo, sino a mediano plazo”. En el caso de los adultos mayores la recuperación es más complicada porque ya hay una vida recorrida y es diferente cambiar percepciones. “Ahí es necesario un acompañamiento básicamente y que en el entorno familiar haya una cooperación porque un adulto mayor no entienden como un joven que supera etapas en la vida. Hemos vivido casos de adultos mayores que meses después mueren de la desesperación, de la pena por haber perdido su casa y lo que significaban los recuerdos del lugar donde vivía”, sostuvo.

La vulnerabilidad

En el taller sobre estrategia de respuesta a desastres, se analizó además la situación de vulnerabilidad en que viven muchas personas a orillas de ríos, arroyos y cañadas. Enrique Lied, viceministro de Obras Públicas, manifestó que los fenómenos naturales son diferentes cada año y por ende los daños son distintos. Explicó que en el caso dominicano hay un esquema diseñado que se activa inmediatamente recibe las informaciones para enfrentar los desastres comenzando por abrir los caminos de acceso a las comunidades para que los organismos de socorro puedan entrar hasta donde eta la gente.

De su lado Mayobanex Escoto, director del Instituto Nacional de la Vivienda (INVI) informó que tienen un plan de acopio de materiales para cuando el país sea impactado por fenómenos como huracán, terremoto o riada que actúa mediante la unidad de acción rápida.

“Es de rigor comprar los materiales ahora que se inicia la temporada ciclónica y no esperar a que llegue el fenómeno porque luego no parecen o se venden a otros sectores”, dijo.

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