De la Rosa y Carpio cree aprobación de ley de partidos devuelve confianza a la población

AEROPUERTO LAS AMÉRICAS. Monseñor Ramón Benito de la Rosa y Carpio consideró este miércoles que la aprobación del proyecto de Ley de Partidos, Agrupaciones y Movimientos Políticos devuelve la confianza a la población, que desde hace un largo tiempo anhelaba su aprobación.

Confió en que cuando la pieza legislativa sea enviada al Senado de la República en los próximos días sea aprobada y definitivamente convertida en ley.

El prelado católico dijo que la aprobación de esta ley es una gran noticia para el pueblo dominicano que estaba esperando desde hacía mucho tiempo la aprobación de la misma.

Agregó que espera que el proyecto de ley que fue acogido por la Cámara de Diputados permita que los políticos y los partidos tengan de ahora en adelante más acercamientos con la población.

Señaló que desde la óptica del ciudadano común del pueblo había una percepción negativa contra los políticos en el sentido de que no había voluntad política para quela referida ley fuera aprobada.

Consideró que, a fin y al cabo, los diputados y senadores no están para servir a los partidos políticos, sino al pueblo dominicano que fue quien los escogió como sus representantes ante las cámaras legislativas.

Aseguró, asimismo, que con la aprobación de esta ley ayudará mucho también la percepción que se tiene en la población de que en las elecciones no existe pulcritud en los resultados electorales.

Con relación a los aportes financieros a los partidos políticos en campañas electorales que hacen supuestos narcotraficantes, el religioso dijo que con la aprobación de la Ley de Partidos esos también podría mejorar considerablemente.

Manifestó que no es que se está exento de esa tentación de que personas ligadas al narcotráfico y lavado de dinero quieran infiltrarse a los internos de los partidos políticos para encubrir sus actividades ilícitas.

Agregó, sin embargo, que con la puesta en práctica de esta nueva ley puede también ayudar mucho en contra de la práctica.

Tomás Ventura