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Vivió como un sultán y murió con honor

A 50 años de su asesinato, los hijos de Donato Bencosme piden reconozcan a su padre

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Vivió como un sultán y murió con honor
Ramón Donato Bencosme
MOCA. A las 8:00 de la mañana de este lunes, los hermanos Bencosme García se reúnen, como cada año, en la iglesia Sagrado Corazón de Jesús, de esta ciudad. Aquí, entre recuerdos, amigos y familiares, oran por la memoria de su padre, Ramón Donato Bencosme, una de las tantas víctimas de la dictadura de Trujillo, asesinado junto a su chofer el 19 de febrero de 1957.

Además de conmemorar los 50 años que ya se cumplen de aquel asesinato, los hermanos se unen para pedir a las autoridades el reconocimiento público que, según entienden, nunca se le ha hecho a su progenitor. "Después de tantos años, esperamos que una calle de Moca lleve su nombre, que se le haga un reconocimiento a un hombre culto, brillante", dice Cipriano (Sibien) Bencosme García, hijo menor de Donato, y su esposa, Juana de Arco García León (Jeannette), una de las seis mujeres con las que el hombre asesinado por la Dictadura procreó sus 32 hijos.

De este matrimonio, calificado como "la sede central" de la gran empresa hogareña de Donato, nacieron, además de Bencosme García, Donato (Natico), las gemelas Doris y Noris, así como Alina, esta última fallecida en un accidente.

Cipriano, al igual que sus hermanos, recuerda a Donato como un hombre "espléndido, humanitario con todo el pueblo, pero de un carácter incontrolable, "fuera de época", en un país donde sólo se imponía la voluntad de Trujillo. Sin embargo, como admiten Natico y las gemelas, nunca hubo de parte de Donato ninguna acción en contra del dictador, al que le sirvió como Gobernador de Moca en dos ocasiones.

Donato fue además presidente del oficialista Partido Dominicano en Moca, según nombramiento del propio Rafael Leonidas Trujillo Molina, de 1952. Aunque habría cuestionado las acciones de algunos de los servidores de la Dictadura, su fidelidad a Trujillo lo llevó en una ocasión a advertirle sobre un complot para eliminarlo.

De acuerdo con Natico, la trama era organizada por una familia de Moca, que esperaba la visita de Trujillo a la inauguración de la iglesia. "Uno de los organizadores vino a donde mi padre y le confesó los planes y entonces papá llamó a Trujillo, y él no vino a la inauguración, sino que envió a su hermano Petán".

La historia

Ramón Donato era hijo del general Cipriano Bencosme, un hacendado de la comunidad de Juan López, en Moca, asesinado por Trujillo en 1930. Cipriano, que había servido al gobierno de Horacio Vásquez, se negó en reiteradas ocasiones a unirse a Trujillo bajo el alegato de que "no pactaba con traidores". Fue así como luego de varios meses sublevado en las lomas de Moca, cae abatido el 19 de noviembre de 1930, en la localidad de Las Caobas, Jamao.

Muerto su padre, Donato asume las riendas de su familia, compuesta por 27 hermanos. Para entonces regresaba de Europa a donde fue a estudiar Ingeniería y donde además había desempeñado los cargos de Ministro Consejero en Bélgica, Inglaterra, Francia, Holanda y España.

Según relatos de sus hijos, la primera acción emprendida por aquel joven de 22 años al frente de la familia, fue reunirse con Trujillo para pedirle que le devolviera la finca de Cipriano, que estaba entonces en manos del ejército y prácticamente devastada. Trujillo accedió y desde entonces Donato se dedicó al trabajo, logrando reverdecer la fortuna de la familia. Más de 20 años pasaron, en los que además de sus 32 hijos y seis mujeres, logró una de las más grandes fortunas de la comarca. Como un hombre que le gustaba exhibirse, poseía ocho carros privados cada uno con su chofer, y de las mejores marcas de la época como Opel, Chevrolet, Cadillac.

Su finca se había convertido también en una de las más productivas con una factoría de café, donde trabajaban más de 200 empleados por temporada, según recuerda Pedro Rodríguez, un señor de 75 años que se desempeñó como capataz de la finca al servicio de Donato.

Rodríguez, que tenía 16 años cuando llegó a las propiedades de los Bencosme, recuerda a su jefe como un héroe de Juan López. "Aquí le pusieron el nombre del Viejito Ferreira a una calle, pero era el de Donato que había que ponerle, porque ese era un héroe aquí. Le puso (Donato) plumas (grifos) a la gente para que buscaran agua, pero además le repartía dinero y ropa y cuando moría alguien le hacía el velorio completo", dice Rodríguez, mientras alimenta en su patio una cría de pajuiles.

También recuerda que era un hombre de reglas, y que respetaba las normas. "Nunca hizo nada en contra de Trujillo porque era muy respetuoso, incluso su finca tenía un letrero que decía: propiedad de Donato Bencosme por y para Trujillo, pero después le quitaron la parte que decía Trujillo". Los favores de Donato le dieron fama entre sus compueblanos que todavía le recuerdan como un ser "muy humanitario", como lo definen Alcibíades Rodríguez y Marino Reyes, quien todavía a sus 80 años, y desde hace 63, es empleado de la finca.

Donato Bencosme Era hijo de Cipriano Bencosme, un legendario caudillo mocano asesinado por Trujillo a principios del régime. Estudió en Europa y en su finca estableció un harén de hermosas mujeres con las que procreó una treintena de hijos. Hombre buenmozo, elegante y generoso con todos, tenía el carácter indómito de su padre.

Continuará