Alberto Padilla y los Utonianos
La misión de los utonianos, queda claro, no es “recoger” mendigos
Suena a nombre de grupo de rock argentino de los 90 pero ese no es el tema. Padilla es el director de políticas y regulaciones de Conani y los Utonianos, el equipo de profesionales que conforman la UTO, la Unidad Técnica Operativa que trabaja en el terreno el proyecto del Gabinete de la Niñez y Adolescencia para rescatar las vidas de los niños en la calle.
Hay que escucharles. La seriedad del proyecto, unida a la pasión con que explican el alcance, justifica el apoyo ciudadano que solicitan y necesitan.
No hay censo, no se sabe cuántos son aunque de entrada el objetivo es contactar a 20 o 25 menores cada semana en el plan piloto que ya arranca. Entran y salen de las esquinas en las que los vemos mendigar, vender dulces o limpiar vidrios.
Molestan, hablemos sin hipocresía. Y forman parte de la vida cotidiana hasta el extremo de que les hemos interiorizado como parte de la ciudad. Pero el otro lado de la historia es muy diferente.
Son niños a los que se les ha despojado de sus derechos. Ajenos a la niñez normal de ir a la escuela o de vivir con unos adultos que les cuidan. Muchos prefieren la calle, explican ellos mismos, porque en casa son víctimas de más violencia que si deambulan por su cuenta.
La misión de los utonianos, quede claro, no es “recoger” mendigos. Es rescatarlos de su propia realidad. Las 15 instituciones que articulan el Plan tienen competencias y responsabilidades judiciales y legales, en temas de salud, educación...
El Plan necesita de la ayuda de todos. Si usted ve un niño en la calle, (es decir, en peligro o explotado) colabore. Puede empezar llamando al 9 1 1 y el operativo se pone en marcha. Reconocerá a los miebros de la UTO, llevan en sus chaquetas un lema: Protección.