¿Quién se atreve?
Todos guardan silencio ante la debacle del tránsito
Sorprende el silencio de la Digesset, del Intrant, de cualquier otra autoridad del transporte ante los reclamos (¡más que denuncias ya son súplicas!) para que sus agentes retomen el control del tránsito.
No ha habido hasta el momento una propuesta para contener las infracciones flagrantes que unos cometen y otros sufren ante los agentes que miran para otro lado.
Nos escandalizamos por los turistas muertos en Bávaro. Pero... ¿quién se hace responsable de que los grupos (¿mafias?) que allá operan el transporte público y turístico crean que son intocables, que pueden amenazar con huelgas para dejar claro quién manda ahí?
No es solo el Este, es un problema nacional. El poder que se les ha dado a los que una vez fueron sindicalistas, luego empresarios millonarios y hoy ya políticos, empobrece el país y ha sido un palo en la rueda del desarrollo.
La movilidad de los ciudadanos, el transporte de carga, la habitabilidad de las ciudades es peor por estos grupos. El transporte público y de carga es caro, peligroso e ineficiente porque los gobiernos de los últimos 30 o 40 años lo han permitido y fomentado negociando con estas empresas los apoyos electorales.
Pero la situación es ya insostenible. La obligatoriedad de tener un vehículo privado, para poder trabajar o estudiar, ha colapsado el tráfico hasta hacerlo un problema económico y de salud mental para los que tienen que salir de su casa cada día. Perfectamente identificados con sus chalecos de ruta y su casco numerado, los motoconchos “se vuelan” los tapones por las aceras.
¿Quién es el responsable de dar un manotazo en la mesa y poner orden y seguridad en las calles ? ¿Quién va a actuar en el Este? ¿De verdad alguien cree que ocultando la realidad esta desaparece?

Inés Aizpún