Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Educación
Educación

La protección de los espacios naturales -especialmente los que tienen vocación de ser generadores de agua- es un mandato que los incumbentes del Ministerio de Medio Ambiente reciben cuando asumen el cargo.

No se trata de que les guste sembrar aguacates o de que les convenga políticamente no desalojar a nadie. Ese patrimonio natural protegido es de todos los dominicanos, no de un grupo.

No es opcional (menos para el ministro) cumplir la ley 64-00 ni la resolución 14-06. Ni para un funcionario ni para un ciudadano, tenga las condiciones que tenga: un proyecto agrícola a pleno funcionamiento en la sierra de Bahoruco o en el Parque Jaragua, un conuco en Valle Nuevo o un cultivo en Ocoa.

Si se prometió reubicación en Valle Nuevo y no se ha cumplido, debe revisarse. Si los que exigen reubicación no calificaban para recibir esa ayuda, no deben seguir chantajeando. Y si chantajean... la autoridad tiene que ceñirse estrictamente a la ley.

Mientras, los guardabosques llevan tres y cinco meses sin cobrar las dietas de compensación alimentaria y grupos amenzan con cultivar de nuevo en Valle Nuevo, organizaciones internacionales siguen desplegando programas y fondos para ayudar a salvar ecosistemas en peligro, detener la deforestación que avanza desde Haití o colaborando con el país en la recuperación de barreras coralinas y en la limpieza de ríos y cañadas. Por no hablar de todas las iniciativas del sector privado en la reforestación.

Esfuerzos admirables y valiosos que de nada sirven si desde las insituciones oficiales se mantienen políticas titubeantes, se desconocen las decisiones tomadas y se privilegian grupos (muy altos o muy bajos) desconociendo lo que la ley estipula.

La pelota está en la cancha del ministro.

IAizpun@diariolibre.com

TEMAS -