Bahía de las Águilas, siguiente capítulo

Cuando unos inversionistas hoteleros se retratan con el Presidente de la República y el ministro del gremio en el “próximo gran polo de desarrollo turístico” es porque las conversaciones van muy avanzadas.

Si además, el ministro de Turismo habla en público de 3,000 habitaciones y el de Medio Ambiente de “generación inmediata de 6,000 empleos directos”... es que hay un proyecto bien concreto. El tema entonces es de inversión, pero sobre todo de oportunidad y transparencia.

Bahía de las Águilas no es un punto geográfico, coordenadas en un mapa. Es todo un tema político, ecológico y social. Es una oportunidad de hacer las cosas bien o de perpetuar los errores medioambientales, laborales (los sueldos en el sector son terriblemente bajos), de desarrollo urbanístico, de improvisación municipal... que se han cometido en otros puntos que en su momento, también fueron “el próximo gran destino”.

Que Pedernales necesita empleo, está claro. Que el turismo es ahora la industria con más futuro en el país, también. Por eso mismo sería interesante saber cómo se llegó a esa foto, a esos inversionistas, qué otros grupos han mostrado interés y propuestas, cuál era la mejor idea. Por qué y quién eligió a Sunwing. ¿Salió de la nada ayer?

¿Es un turismo de bajo impacto medioambiental? ¿Es un todo incluido con playas de acceso limitado a los huéspedes? ¿Dónde estarán esos complejos hoteleros? ¿Está claro y reclaro el tema de los títulos?

¿Suspicacias? Son necesarias. No es el momento para asumir sin resquemor que las empresas extranjeras consiguen aquí los contratos en legítima lid y que todo se hace por el librito. Todos queremos que el Sur prospere y aunque parezca imposible... hacer las cosas bien no es tan difícil.

IAizpun@diariolibre.com

Inés Aizpún