Brasil nos pica cerca
La cantidad de compras y obras financiadas por el Banco de Exportación de Brasil, algunas de ellas muy cuestionadas en su momento, amenaza con hacer metástasis en nuestro país.
No se trata solamente de las obras asignadas a las firmas brasileñas de construcción, o la compra de aviones “Tucano”, sino que ahora se habla también de la posibilidad de financiamiento de campañas políticas en nuestro territorio.
Es evidente que el lío no se va a destapar aquí, sino a consecuencia de las investigaciones por corrupción en la nación sudamericana que tienen colgando de un hilo al gobierno de la presidente Dilma Rousseff, con la que ha hecho causa común el ex presidente Luis Inácio Lula Da Silva.
Podrá decirse que es una persecución de la derecha contra los regímenes de izquierda, o que el revuelo es consecuencia de la crisis económica. Sin embargo, la realidad es que a la sombra del levantamiento de obras necesarias se armó todo un entramado, una alianza de empresarios-políticos, que ha creado fortunas de gran calado.
Cualquier cosa que se descubra en Brasil y que envuelva a personajes de nuestro país debiera tener consecuencias penales, aunque no nos hacemos ilusiones. Nos hemos convertido en especialistas en impunidad y nuestras instituciones no parecen tener la fortaleza para soportar una batida anticorrupción de la envergadura que podría venir.
Ahí es donde se requiere que no se politicen los casos y se vigile bien a los funcionarios encargados de aplicar la ley.
atejada@diariolibre.com
Adriano Miguel Tejada
Adriano Miguel Tejada