¿Cuál es el plan?
La gran pérdida de la pandemia de Covid, por supuesto, es la de las vidas que se ha llevado. La crisis económica que se derivó es la segunda consecuencia. Está golpeando fuerte y todavía no se han recuperado los empleos perdidos, pero la reactivación ya se siente, aunque venga acompañada de alza de precios. Con la vacuna (y el país tiene uno de los mejores índices de vacunación del continente) se espera aliviar la situación tanto sanitaria como económica.
La gran perdedora es la educación. Dos cursos escolares prácticamente en blanco no se recuperan tan fácilmente. Una educación que venía con problemas estructurales y antiguos, a los que el 4 % apenas alivió, se ha visto interrumpida abruptamente. Un curso escolar, el pasado, que se dio por amortizado sin preguntar mucho por la emergencia del confinamiento y este que, a pesar de los esfuerzos y de la “virtualidad” pretendida... no ha funcionado.
Si la vuelta a clase es necesaria, a pesar de que el curso esté tan avanzado, es porque se necesita salvar el próximo; este ya nadie lo da por recuperable. Los alumnos llevan meses desconectados de la disciplina escolar necesaria para rendir, para aprender. Han olvidado conocimientos y hábitos, tendrán un retraso de dos cursos, algo de efectos inimaginables para su futuro.
¿Cúantos alumnos dejarán la escuela? ¿Qué hay que hacer para volver al punto (bastante malo) en el que estábamos? ¿Por qué las escuelas públicas no están listas más de un año después? ¿Por qué no se aprovechó la pandemia para repararlas? ¿Quién se hace responsable?
¿Cuál es el plan?
Inés Aizpún