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Efectos colaterales

O ya no tan colaterales. Ni tan secundarios. La ansiedad, el estrés, la tristeza... son palpables en una sociedad desgastada por seis meses de pandemia, por la incertidumbre y el miedo que ésta arrastra.

El ministro de Educación, Roberto Fulcar, ya anunció que la institución contratará a 300 psicólogos para afrontar el inicio del curso, previendo esos síntomas en la población estudiantil, en sus padres y en los profesores.

Son tiempos extraordinarios. También y sobre todo para el presidente que se estrena en el momento más difícil por décadas. Si existe algo como la “inteligencia emocional social”, es el momento de que la saquemos.

Se siente en la impaciencia en el tráfico, en el trabajo, en los niños que llevan tanto tiempo encerrados, en los mayores y su lógico miedo a enfermar. Enfermedades crónicas desatendidas, proyectos profesionales o personales aplazados, deudas que agobian. Los psicólogos ya alertan de que los suicidios pueden aumentar y la próxima semana el PACAM da a conocer un estudio sobre la violencia intrafamiliar en los pasados meses.

Toca sacar la fuerza interior y el carácter que los que nos rodean necesitan de nosotros. No hay vacuna en un horizonte de tiempo corto y los meses próximos (aunque se atisben pequeños brotes de recuperación) van a ser muy difíciles.

Los optimistas irredentos siempre ven el vaso medio lleno y vaticinan que saldremos de ésta fortalecidos y mejores. (No necesariamente, para qué nos vamos a engañar). Pero el COVID 19 sí pasará, como pasaron otros grandes y desastrosos acontecimientos.

Toca ser fuertes y trabajar. Por uno mismo y por los demás.

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Inés Aizpún es una periodista dominicana y española. Actualmente es la directora de Diario Libre. Ha recibido el premio Caonabo de Oro, el Premio de la Fundación Corripio de Comunicación por su trayectoria, y el premio Teobaldo de la Asociación de Periodistas de Navarra.