El amor a las armas en Estados Unidos

Los estadounidenses tienen una extraña relación con las armas que no es comprendida por el resto del mundo y cuya percepción negativa aumenta con las masacres de civiles, usualmente por problemas de índole racial, por terrorismo interno o enfermedad mental del tirador.

Nadie en el mundo que no esté en guerra civil, produce más muertes por masacres que los Estados Unidos.

El derecho a tener armas nace de manera positiva como una forma de impedir la tiranía, que era el objetivo esencial de los Padres Fundadores de esa nación que la fundaron huyendo del absolutismo en Inglaterra.

La segunda enmienda de la Constitución federal de los Estados Unidos estableció claramente el propósito: “Siendo necesaria una milicia bien organizada para la seguridad de un Estado libre, el derecho del Pueblo a poseer y portar armas no será infringido”.

De esas palabra ha surgido toda una cultura que se intensificó con la conquista del Oeste, la guerra civil y el permanente miedo a perder la libertad.

Pero según evolucionó la política en los Estados Unidos, así se fueron deslindando los campos: el 44 % de los republicanos tienen armas contra 20 % de los demócratas. Por tanto, ahora el debate tiene líneas partidarias y por eso no es de extrañar que el lobby de armas apoye con firmeza a los candidatos republicanos.

En ese país hay 300 millones de armas en manos de civiles, que producen unas 30 mil muertes al año, pero hay mucha resistencia a cualquier intento para controlar el flujo de armas de todos los calibres.

Quizás el auge de los crímenes de odio y el terrorismo local abran los ojos a esa sociedad.

Adriano Miguel Tejada