El cambio necesario

La gran paradoja de nuestro tiempo es que estamos viviendo en un mundo en constante cambio en el cual las innovaciones, a veces, apenas duran meses, y sin embargo nos negamos a cambiar cuestiones fundamentales que no han funcionado y que crean grandes tragedias en la sociedad.

A pesar de que las estadísticas confirman que mueren más personas con armas que los que no las portan, insistimos en no aprobar una ley que prohiba el porte de armas.

No solo aquí, sino también en sociedades como los Estados Unidos, acongojado de tragedias casi cotidianas provocadas por el uso irresponsable de armas de fuego.

Del mismo modo, el país se puebla de embarazos adolescentes y nos negamos a educar sexualmente a los jóvenes, muchos de los cuales sí están expuestos, sin que nadie se meta con ello, a conductas explícitas que incitan a la experiencia sexual fuera de tiempo.

Cada embarazo adolescente destruye vidas, la de los padres y la del pequeño retoño, pero insistimos en que no es un problema de educación sin que se aporte otra causa.

En otros campos, son las autoridades las que no quieren enfrentar los problemas por temor a la reacción de sectores “poderosos”, como si gobernar no fuera un acto de responsabilidad similar al de un padre de familia, cuyo primer deber es mostrar a sus hijos el camino correcto.

El caso es grave pues una sociedad que se niega a despojarse de sus males por temor o desidia, se arruinará en poco tiempo.

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Adriano Miguel Tejada