¿Estamos ganando o perdiendo el pleito?

Dicen que el secreto de un buen matrimonio es saber cuáles batallas librar, es decir, concentrarse en lo que realmente importa y dejar las cosas pequeñas para que la paciencia y la comprensión se hagan cargo de ellas.

Lo que vale para el matrimonio vale para el país: debemos librar las batallas importantes, las que afectan todo lo demás y dejar a esfuerzos menores aquellas que no van a causar tanto daño en el futuro.

La verdad es que por concentrarnos en las batallas pequeñas estamos perdiendo las batallas grandes, las que realmente importan.

A pesar de las quejas, es probable que estemos ganando la batalla de la pobreza y la de la conciencia de la gente sobre los problemas. Los padres son más conscientes del valor de la educación y cada día quedan menos casas de cartón en los barrios, y se pueden agregar otras importantes batallas que podemos estar ganando.

Pero estamos perdiendo la batalla del embarazo adolescente, la del tránsito en nuestras calles, la de las drogas, la de la seguridad ciudadana y la del valor de la democracia, entre otras.

Todas estas batallas perdidas tienen unos detalles comunes: estamos perdiendo la batalla de la educación porque la escuela de hoy ni forma ni informa. Lo dicen las comparaciones internacionales y lo dice también la conducta de estudiantes y profesores.

Por otra parte, tenemos muchas leyes pero estamos perdiendo la batalla de la institucionalidad porque falla la justicia, fallan los partidos, fallan los legisladores y fallan los mecanismos de sanción. Diga usted si estamos ganado o perdiendo el pleito.

Adriano Miguel Tejada