Guerra de religiones

No existe nada más estúpido ni irracional que una guerra de religiones, particularmente entre los que adoran al mismo Dios.

Se puede entender una guerra entre creencias que sacrifican ante dioses distintos, aunque de lo que se trata no es una lucha de creencias sino de poder, de someter a la otra y mantener la hegemonía de la una.

Este comentario viene a cuento porque a raíz de la publicación del informe del Barómetro Latinoamericano, una encuesta que se ejecuta en varios países de América, los datos arrojaron que la religión católica estaba perdiendo seguidores y las iglesias evangélicas en su conjunto los estaban ganando. Nada del otro mundo o que la gente no supiera solo con apreciar la cantidad de estas iglesias, de diferentes denominaciones que han surgido en los últimos años y, por el contrario, con los escándalos que han sacudido a la iglesia católica.

Pero esa publicación fue motivo de que católicos y protestantes se tiraran las cajas y los cajones, peleando por el mismo Dios, en los comentarios en este diario.

Las creencias religiosas son un asunto personal. Usted puede creer en lo que le dé su gana, siempre y cuando respete las creencias de los demás y no le haga daño a la sociedad. Todas las iglesias cristianas hacen lo mismo: adoran al mismo Dios y a su hijo; realizan ceremonias, piden dinero a los feligreses, hacen labor misionera y obras sociales, levantan templos, algunos monumentales y tienen gente buena y mala en todas ellas.

Entonces, ¿a qué viene el pleito? Dios no estaría de acuerdo y mientras tanto, la sociedad se desmorona, lo que sí debiera preocupar a todos los creyentes...

Adriano Miguel Tejada