La basura y los partidos

La basura y el transporte son los dos ejemplos más claros de que la organización de determinados servicios públicos de los núcleos de población sólo pueden manejarse desde una perspectiva transversal y a amplia escala. No hay autoridad local, municipal, provincial que pueda plantear estos dos temas sin contar con los territorios circundantes. Son temas imposibles de sujetar a decisiones locales de pequeña escala.

El de la basura nos ha quedado a todos muy claro con el problema de Duquesa y el inconcluso y misterioso caso de Lajún, el poder detrás del trono.

Las palabras del Alcalde del Distrito Nacional, David Collado, en medio de un operativo tocaban un punto crucial: esto no es cuestión de cargos ni de partidos políticos.

Por demasiado tiempo, los partidos y/o los alcaldes de todo el país tenían sus empresas “de confianza” y estructuraron un verdadero caos en torno a la recogida y el manejo de los desechos sólidos que tardará en organizarse. Los que tienen que decidir son técnicos especializados, no los políticos, sean del partido que sean.

El transporte colectivo en manos privadas ha terminado por ser caro, incómodo e ineficiente. Lo manejan unos empresarios oportunistas aliados con políticos en el poder. La basura, entre la que vivimos y a la que nos hemos acostumbrado a mirar como parte del paisaje... ¿lleva el mismo camino? ¿No es hora de despolitizar la basura? (Al alcalde de Villa Altagracia se le ha antojado tomar una de las laderas de la autopista Duarte y la está convirtiendo en una absoluta asquerosidad. ¿Quién puede parar eso? ¿Medio Ambiente? ¿Y dónde están los ecologistas?)

Esta vez Collado tiene razón: no es un tema de partidos, es un problema nacional de seguridad sanitaria y ambiental. Quien no lo entienda así es parte del problema.

IAizpun@diariolibre.com

Inés Aizpún