La pandemia y la ciudad

Las consecuencias de la pandemia tienen muchas ramificaciones. Las sanitarias, económicas y las laborales son las obvias. Y por supuesto, las que el sistema educativo apenas empieza a revelar.

Pero la repercusión del confinamiento, el distanciamiento social y los intermitentes y variables toques de queda tienen consecuencias en cómo vivimos y nos relacionamos con la ciudad. Desde la disminución del tráfico (algo de lo que el jefe del Intrant estará agradecido) a las condiciones que exigiremos a partir de ahora a las viviendas.

Las terrazas, los balcones o como recuerda Juan Mubarak, nueva cabeza de la Dirección Nacional de Patrimonio Monumental, los antiguos patios de manzana que ofrecían un espacio libre semiprivado... son indispensables en el mundo que heredaremos de la COVID-19.

Pensar en una ciudad para el ciudadano, valga la redundancia, es pensar en qué va a necesitar para desenvolverse una sociedad que de golpe ha cambiado. Viviendas con espacios para el teletrabajo, servicios de conexión, espacios que alivien el confinamiento... ¿Qué necesitaremos los ciudadanos de los gobernantes? Probablemente nuevas normativas de construcción y de desarrollo urbanístico.

Por ahí anda desde hace más de 20 años dando vueltas una Ley de Patrimonio que plantea conflictos entre la propiedad pública y la privada con propuestas ya desfasadas. Analizarla y proponer nuevas soluciones uno de los primeros proyectos de la Dirección de Patrimonio.

Si los ciudadanos vivimos de otra manera, la ciudad deberá adaptarse. Al revés no funciona...

Inés Aizpún

Inés Aizpún es una periodista dominicana y española. Actualmente es la directora de Diario Libre. Ha recibido el premio Caonabo de Oro, el Premio de la Fundación Corripio de Comunicación por su trayectoria, y el premio Teobaldo de la Asociación de Periodistas de Navarra.