Los ciudadanos hablan otro idioma

Inesperada victoria de Donald Trump. Inesperado triunfo del Brexit en Reino Unido. Inesperadamente gana el NO en Colombia.

O las firmas encuestadoras ya no son lo que eran o hay un movimiento mundial de desafección entre las élites que gobiernan y los ciudadanos que votan. El referendum de Colombia y el del Brexit tiene algo en común: fueron convocados porque esos gobiernos pensaron que los ganarían. Querían el inapelable respaldo popular que los liberara de mayores discusiones. O de la responsabilidad de asumir una decisión.

La victoria de Trump, el crecimiento de Marine Le Pen en Francia o el de Podemos en España es muy semejante. El establishment político chirría. Lo políticamente correcto, el sistema asumido, la clase política privilegiada que ha impuesto su lenguaje y su estilo como sinónimo de democracia ha terminado por aburrir. Los políticos hablan entre ellos y si lo que oyen de los ciudadanos no les conviene o gusta, lo envuelven, posponen, ignoran.

Llegan los populismos también a los países desarrollados. Mensajes obvios, clichés, directos al estómago o al corazón. La mayoría, frases simples que no resisten análisis complejos. Trabajos sí, inmigrantes no, dice Trump. Francia para los franceses, proclama Le Pen, mientras Podemos insiste en ganar en España la guerra de 1936 con fórmulas que no han funcionado ni donde las inventaron.

Los políticos tienen demasiado poder sobre nuestras vidas. Es una clase que cuesta demasiado dinero del bolsillo de los demás. Y lo que proponen... ha dejado de gustar. Los ciudadanos están hablando otro idioma.

IAizpun@diariolibre.com

Inés Aizpún