Los rehenes

Los choferes avisan una subida del pasaje. Los médicos siguen empeñados en sus huelgas. La UASD en campaña, porque todo tiene que cambiar para seguir igual.

Algunas instituciones y grupos viven en un bucle al que arrastran a grandes grupos de ciudadanos que no pueden defenderse de sus arbitrariedades, ni prescindir de sus precarios servicios. Tienen como rehenes a sus clientes, que son los que justifican sus empresas en unos casos y dan sentido a sus profesiones en otros. Sin sus rehenes (alumnos, pacientes, viajeros), ni los médicos ni los grupos fácticos de la UASD, ni mucho menos los empresarios del transporte colectivo (no es público, es privado) tendrían ocupación.

Entonces... ¿por qué los tratan como prisioneros y no como clientes que dan sentido a sus puestos de trabajo y a su negocio? ¿Utilizar el servicio de concho o una voladora es una elección? ¿Un acto volitivo? ¿Un enfermo elige un hospital en el que va a encontrar enfermeras y médicos gritando en la puerta? No, si se tiene otra opción.

Si dieran algo más a cambio, si estos gremios se esforzaran en el servicio que merecen sus públicos, si dieran muestras de genuina preocupación por la calidad... el cambio sería notable y quizá saliéramos del bucle en el que cada año nos enredamos dos o tres veces.

La productividad y la competitividad que según los informes internacionales nos faltan, son sobre todo una cuestión de pundonor individual. No es sólo un “problema nacional de solución a largo plazo y grandes inversiones” (aunque también).

En algunos casos es obvio que hay una cultura de mantener las cosas funcionando mediocremente para conservar una cuota de poder y dinero. El problema es que se logra tomando rehenes.

IAizpun@diariolibre.com

Inés Aizpún