No todo el mundo sabe enseñar...

Casi todos tenemos el recuerdo de un profesor que de una manera u otra nos marcó. Para mí fue Don Francisco Gómez Antón, que impartía en la universidad la asignatura de Instituciones Políticas.

Era un profesor con autoridad natural. Imponía respeto desde que entraba al aula. Su voz, sus gestos, su figura llenaban la sala en la que se sentaban 100 estudiantes de primer año de Periodismo con muy poca información sobre la asignatura en cuestión y una cabeza por amueblar.

Don Paco era cultísimo, inteligente, con un sentido del humor que no todo el mundo compartía, pero que definitivamente hacía sus clases entretenidísimas. Era un profesor de los de antes, dirían algunos. De los que daba una conferencia muy bien preparada en cada sesión. Con él se aprendía a querer saber más.

Aquí, inmersos en el 4%, tenemos una universidad pública que forma a los que formarán. Con un nombre raro que ya empieza a sonar, el ISFODOSU (Instituto Superior de Formación Docente Salomé Ureña) forma a los profesores, y sus graduados son los que mejor puntúan en las pruebas de la Secretaría de Educación.

Se forman en horario extendido (nada de profesores de cursos sabatinos) y en inglés, tecnologías y prácticas avanzadas de uso de éstas en el aula. Son los profesores por los que mediremos el éxito de la inversión que todos los ciudadanos estamos haciendo, los que sacarán adelante la gran apuesta de esta generación.

Y con esa visión, sus estudiantes salen con cientos de horas de prácticas en aula. Ese es un gran paso. Recuperar el respeto y el aprecio que se tuvo un día a la profesión del magisterio pasa por eso, por tener los mejores profesionales. No todo el mundo sabe enseñar...

IAizpun@diariolibre.com

Inés Aizpún