Paciencia y conciencia con Odebrecht

La Procuraduría General de la República presentó acusación formal contra siete implicados en el caso Odebrecht, contra los que dice tener pruebas fehacientes de su culpabilidad en el entramado mafioso.

Dejó “en carpeta” a ocho de los acusados originales contra los que dice no tener pruebas suficientes para sustentar la acusación en juicio.

Esa decisión es correcta en la medida en que el sistema procesal penal dominicano cambió de la “íntima convicción” del juez, a uno de pruebas materiales. En el nuevo sistema, la convicción del juez se funda en pruebas reales, no en prejuicios o pruebas circunstanciales.

Ningún acusador inteligente mezcla acusados contra los que tiene pruebas firmes con otros de dudosa culpabilidad porque eso debilita el caso. Eso es lo correcto.

Ahora bien, como en todo caso de corrupción, el tema está contaminado desde el principio. Muchos entienden que falta todo el mundo en la acusación y nunca estarán conformes aunque se meta preso a medio país. Otros, meten presión para salvar a su “corrupto favorito”. En el centro, el sistema judicial que tiene que actuar apegado a la ley aunque no le caiga simpático a nadie.

Es posible que este caso, que tiene muchas connotaciones políticas, no sea fallado sino después de las elecciones del 2020, lo que tampoco es de extrañar porque los casos importantes, con buenos abogados, no se resuelven de un día para otro. En España, Rajoy cayó por un caso que comenzó en el 2007.

Lo hemos dicho antes: con este caso se la juega nuestro sistema político. Odebrecht será un antes y un después. Así es que, paciencia y conciencia, que el juego no se acaba hasta que no se termina...

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Adriano Miguel Tejada