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Violencia
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Pero, por fin... ¿qué pasa en Cataluña?

De los miles de artículos, análisis, opiniones que ha generado Cataluña en los últimos tiempos, resalta por su claridad el del escritor Antonio Muñoz Molina publicado en El País el pasado sábado.

Cuando el “estado oprimido” tiene las competencias de su autogobierno, controla su propia policía, maneja desde hace décadas la educación, la sanidad, todos los ámbitos de la vida ciudadana y juega a que el “estado opresor” le cubra con dinero todos los agujeros que se le organizan, además de las pensiones y las infraestructura que necesita para seguir siendo una de las regiones más ricas de España y de Europa... pasa lo que está pasando en Cataluña.

Ahora, en vísperas de las elecciones del 10 de noviembre, Cataluña sigue marcando el debate político. ¿Qué se hace para proteger a más de la mitad de los catalanes, que no son separatistas? ¿Cómo se impone el orden público si los que gobiernan aplauden a los que queman las barricadas? ¿Qué hacer en las universidades, si los profesores (unos por miedo, otros por complicidad) premian a los que no asisten a clase porque están ocupados en sus “deberes revolucionarios”?

Hoy en Barcelona, son transgresores los que se oponen al pensamiento supremacista de los nacionalistas. Allí la verdadera revolución es oponerse al mensaje retrógrado, al pensamiento único. Hoy, en Barcelona, sentirse español es aperturista, progresista. Y más valiente.

La violencia física, no solo la ideológica, ya ha llegado a Barcelona. Resume Muñoz Molina: “Solo en la Cataluña de ahora está permitido hacer gala del pacifismo y al tiempo celebrar la violencia vandálica.”

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Inés Aizpún es una periodista dominicana y española. Actualmente es la directora de Diario Libre. Ha recibido el premio Caonabo de Oro, el Premio de la Fundación Corripio de Comunicación por su trayectoria, y el premio Teobaldo de la Asociación de Periodistas de Navarra.