¿Que paren el mundo?

No solo en República Dominicana la educación es el tema que centra la vida de familias, empresas y gobierno. Aparentemente “todo” va tan rápido que lo que se enseña en las escuelas y universidades ya está obsoleto, que más del 60% de los trabajadores ya no tienen las habilidades que las empresas requieren de ellos y a su vez, las empresas no son capaces de actualizarse al ritmo requerido. Por supuesto, los niños de hoy trabajarán en oficios que ahora ni siquiera existen.

Todos esos datos se repiten como un mantra en diferentes escenarios e informes. Conclusión, el negocio por el que hay apostar es el de la Educación. Todos, todo el tiempo, aprendiendo cosas nuevas. Un filón.

Empieza a remitir la fiebre por las maestrías. Ahora mismo vivimos la eclosión de conferenciantes que nos explican las competencias que tenemos que tener para enfrentar lo que se avecina. Pronto llegarán los gurús que nos explicarán por qué no funcionó lo que nos recomendaron el año pasado. Esa es ya la sociedad en la que vivimos. El futuro ya llegó y nos ha pillado compartiendo memes...

Y mientras las fuerzas centrífugas nos arrastran en esa dirección las centrípetas advierten del peligro: “Dosifiquen la exposición de los niños a tabletas y móviles, dicen; están reduciendo su capacidad de concentración y sus habilidades sociales. Que vuelvan la Filosofía y las Humanidades a las aulas, sin ellas el hombre está incompleto. ¿Generación más preparada? ¡Pero si no saben ni dividir sin calculadora! Inglés y computadoras no bastan; hay que tener una cultura más amplia y compleja para desenvolverse en el mundo.” En lo que coinciden los expertos es en que el salto generacional que estamos viviendo es el más abrupto de la historia.

(“Que paren el mundo que me apeo”, decía Mafalda.)

IAizpun@diariolibre.com

Inés Aizpún