Siempre en el justo medio

La función social del periodismo no se resume en adversar al gobierno de turno, sino en servir a la comunidad.

Por eso, el periodismo que se ejerce apegado a criterios éticos siempre será visto con malos ojos por aquellos que no aceptan la crítica o que están en malos pasos. Pero estas actitudes no deben molestar al periodista ni desviarlo de sus objetivos profesionales. Por el contrario, deben afirmarlo en el convencimiento de que está haciendo lo correcto y persistir en el esfuerzo.

Cuando Diario Libre nació dijeron que era peledeista. Cuando subió el PLD al poder en el 2004 nos acusaron de ser del signo contrario. Cuando defendemos alguna buena medida del Gobierno, nos tildan de estar vendidos y cuando criticamos al Gobierno estamos siendo pagados por “intereses oscuros”.

Nada de eso nos molesta. Por el contrario, nos dice que andamos por el camino correcto que no es otro que alabar lo bueno y condenar lo malo, sin fijarnos en cuáles intereses tocamos.

Recientemente, un lector nos decía que dábamos poca importancia a rumores sobre corrupción y estaba en lo cierto. Nosotros investigamos los rumores pero si no tenemos pruebas, no publicamos. No somos agencia de chismes sino de hechos confirmados o con suficiente evidencia para que se mueva la acción de la Justicia.

Por eso fuimos a Brasil en busca de informaciones para el caso Odebrecht y por eso cada día publicamos historias propias que denuncian casos de interés de la comunidad, no de políticos buscando promoción personal. Somos incisivos, pero no insidiosos y tampoco “bocina” de nadie.

Adriano Miguel Tejada