Compartir
Secciones
Podcasts
Última Hora
Encuestas
Servicios
Plaza Libre
Efemérides
Cumpleaños
RSS
Horóscopos
Crucigrama
Más
Contáctanos
Sobre Diario Libre
Aviso Legal
Versión Impresa
versión impresa
Redes Sociales
Partidos políticos
Partidos políticos

Una foto en blanco y negro

El PRM ha dado el paso de renovación que el PLD no se ha decidido a dar: abrir paso a otra generación, que además no es novata. Tiene experiencia. Discutirán entre ellos de aquí al 2020 y saldrán fortalecidos o no de esas tensiones internas. Pero con José Ignacio Paliza y Carolina Mejía sientan un precedente para sus contrincantes. Sus siglas han logrado enterrar la marca anterior a la que se asociaban sus rostros más conocidos. El partido cuenta además con David Collado, ya en la alcaldía más importante del país y con unos índices de aceptación muy altos.

El PRM es pues -guste o no, se le vote o no- un partido con poco pasado, buen presente y mucho futuro. Puede evolucionar bien o atascarse en los viejos vicios de los partidos tradicionales.

El PLD vive otro momento de su ciclo vital. Se ha hecho viejo en el poder. (Tampoco es para llorar; otros se hacen viejos en la oposición.) Pero aquel PLD joven con ganas de cambiarlo todo no existe. Se siente ahora un partido anquilosado y concentrado en un grupo reducido. No hay caras nuevas, no hay ilusión, no hay una promesa, ese gancho que ofrece una idea y arrastra el voto. (Un asesor de campaña diría que ya no es un partido sexy...) No hay relevo generacional. Hace buenos fichajes y alianzas externas interesantes pero su estructura interna es una foto en blanco y negro.

Los 50 son los nuevos 40 (¿o los nuevos 30?) en algunos aspectos de la vida y algunas veces incluso es verdad. Pero el éxito no se mantiene ejerciendo de tapón de los que vienen detrás. Eso no funciona. Nunca. Con más fuerza, otras ideas (tampoco por nuevas son siempre mejores) y con más metas vitales que llenar, una nueva generación se ha abierto paso en un partido político.

Quedan dos años para las próximas elecciones. El PLD tiene tiempo para reaccionar y cerrar con justicia el caso Odebrecht. Si está dispuesto a hacer ciertos sacrificios se recuperaría de ese lastre, del que no logra zafarse. Falta mucho y tiene mucho poder, pero sus problemas internos parecen congelarle.

IAizpun@diariolibre.com

TEMAS -