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Una posición clara

El Gobierno de la República Dominicana por intermedio del ministerio de Relaciones Exteriores ha informado para tranquilidad de la opinión pública, que “se abstendrá en la adopción del Pacto Global sobre Refugiados”.

El comunicado de la Cancillería ofrece razones jurídicas y de orden práctico para justificar la posición dominicana que llega de manera oportuna ante las denuncias de que se planteaba ratificar dicho pacto.

Me parecía que a la luz del rechazo al Pacto sobre las Migraciones era punto menos que imposible que el país firmara esta versión que, de cualquier forma que se le mirara, era contraria al interés nacional.

Y lo era por una razón muy sencilla: dado el estado de inestabilidad política y ambiental de nuestros vecinos, todos los residentes en Haití calificaban como refugiados de acuerdo a las definiciones del pacto.

Como explica el comunicado “un aspecto particularmente sensible es la formulación contenida en el Pacto de que si bien el clima, la degradación ambiental y los desastres naturales no provocan, en sí mismos, los desplazamientos de refugiados, dichos fenómenos interactúan cada vez más con las causas de estos movimientos. Dadas las características particulares de la República Dominicana, adoptar una definición tan abierta podría ser contrario al interés nacional.”

En esa virtud y en otros aspectos señalados en el comunicado, la República Dominicana no podía firmar el Pacto Global sobre Refugiados. Podemos acoger refugiados, como hemos en el pasado, en una decisión soberana, pero no gracias a un pacto que ignora nuestras particulares circunstancias.

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