"Amables" a las malas en el PRSC
Los pleitos se tendrán que resolver adentro...
Las altas cortes están ahí, y como tienen rango constitucional, llegaron para quedarse. Lo quieran o no los políticos por cuya iniciativa se crearon y que ahora no saben cómo lidiar con ellas.
Los propios tribunales tampoco saben como bandeárselas, y sus fallos son circunstanciales, porque los interesados, a favor o en contra, no dejan de otras.
Sin embargo, aceptar su autoridad es la mejor contribución a la institucionalidad de los partidos o del país. Incluso, acostumbrarse a que no siempre será como deseen o quieran.
Además, hasta ahora ha habido algo sabio: devolver los conflictos para que se diriman en la mejor de las instancias, en las jurisdicciones creadas al efecto.
A los reformistas de la franquicia les llegó su San Martín y no saben como acoger la resolución que devuelve la condición de miembros a los expulsados.
Ahora van a pelear entre ellos, Genao contra Salazar, y a debilitarse más, cuando se supone que el adversario son los otros.
Los compatriotas que se equivocaron.
La suerte, si es que es suerte, es pelear adentro, y si son más, ganar a los menos. Casi una perversidad, pero tendrán que ser amables a las malas.
Las altas cortes están ahí, y como tienen rango constitucional, llegaron para quedarse. Lo quieran o no los políticos por cuya iniciativa se crearon y que ahora no saben cómo lidiar con ellas.
Los propios tribunales tampoco saben como bandeárselas, y sus fallos son circunstanciales, porque los interesados, a favor o en contra, no dejan de otras.
Sin embargo, aceptar su autoridad es la mejor contribución a la institucionalidad de los partidos o del país. Incluso, acostumbrarse a que no siempre será como deseen o quieran.
Además, hasta ahora ha habido algo sabio: devolver los conflictos para que se diriman en la mejor de las instancias, en las jurisdicciones creadas al efecto.
A los reformistas de la franquicia les llegó su San Martín y no saben como acoger la resolución que devuelve la condición de miembros a los expulsados.
Ahora van a pelear entre ellos, Genao contra Salazar, y a debilitarse más, cuando se supone que el adversario son los otros.
Los compatriotas que se equivocaron.
La suerte, si es que es suerte, es pelear adentro, y si son más, ganar a los menos. Casi una perversidad, pero tendrán que ser amables a las malas.