¿Aumento de salario?

Basta comparar el costo de la canasta básica con el salario mínimo que se paga en el sector privado para comprobar que denegar un aumento salarial sería inhumano en nuestro país.

¿Pero es suficiente con esta medida para aliviar la difícil situación económica por la que atraviesan los trabajadores?

La historia reciente de los países suramericanos nos ha enseñado que si un aumento general de salarios no está respaldado por una economía sana, los precios tienden a dispararse en una proporción mayor que el aumento, con la consiguiente devaluación del poder adquisitivo.

Pero la economía no puede mejorarse de golpe y hemos visto que cualquier medida tomada por el Estado para controlar los precios en forma coercitiva, ha resultado fallida donde quiera que se ha intentado aplicar.

Los ecuatorianos tuvieron que dolarizar su economía para lidiar con esta situación y, aunque esto les ha generado otros problemas, por lo menos han explorado una opción distinta.

Si no podemos aumentar la producción, ¿por qué no tratamos de desincentivar las importaciones de productos no indispensables?

No hay que ser un experto para darse cuenta de que aquí entran muchos menos dólares de los que salen. Sólo hay que echarle un vistazo a las góndolas de los supermercados y a las ferias de vehículos que financian los bancos.

¿Nuestros economistas no ven eso, especialmente los que laboran para el Estado?

La situación es compleja, pero cualquier aumento general de salarios puro y simple, se evaporará mucho antes de llegar a los bolsillos de los trabajadores y el remedio podría resultar peor que la enfermedad.

Víctor Martínez.

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