Claudio, ¡adiós! El dilema ciudad-campo
En tarde desdichada, un designio imprevisible del destino, en su ruta acostumbrada, una emboscada fatal le tendió. No pudo su ánimo indecaible, ni su acerada fortaleza, superar la cadena de adversidades que se le interpusieron esta vez en su carrera por sobrevivir y por su recuperación, desde el momento de la grave colisión que lo impactó hasta recibir el manejo y tratamiento que su complicada gravedad requirió. No le fue suficiente la vitalidad de su mente y su agraviado cuerpo más no resistió. Ha muerto otro dominicano que a su país su vida consagró, que fue apreciado por su entrega y valor, en cuyo sepelio y sus honras se puso de manifiesto una sentida aflicción. Que justo y merecido lució la dominicana bandera desplegada sobre su ataúd, a la que siempre honró , y el duelo nacional que en brisa cuaresmal sólo a media asta, por su congoja a ondear la izó. Resta decirte sólo, ¡Claudio, adiós!
Francisco Castro Catrain
El afán de una ganancia rápida ha favorecido que los regidores de los ayuntamientos del país apoyen la destrucción de los terrenos agrícolas en procura de dinero. Lo más lamentable es que ningún partido se ha pronunciado en contra de este crimen de lesa patria. Ramón ReyesLos estadistas han sido reemplazados por terroristas de la corrupción que se han trazado el propósito de depredar todo el país. Nadie puede detener el plan so pena de caer aplastado por las pesadas ruedas del sistema vigente. El planeta le fue entregado al hombre lleno de tierras feraces, bosques, plantas, árboles, ríos, arroyos, mares, sol, luna, etc., y se le dio al hombre la capacidad para mejorar las condiciones de ese planeta o destruirlo. Ha escogido la destrucción. Héctor
Diario Libre
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