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Bullumba y sus Canciones

Fue uno de los mejores registros de la música dominicana

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Bullumba y sus Canciones

Rafael Bullumba Landestoy Duluc (La Romana, 16 Agosto 1925-Santo Domingo, 17 Julio 2018) es uno de los mayores registros de la música dominicana en el catálogo internacional del bolero y además de la música culta para piano y guitarra. Franqueado por figuras estelares como Toña la Negra y Fernando Fernández –que le conocieron en La Voz Dominicana-, sus temas quedaron estampados en el acetato y en la pantalla grande, en los años dorados del cine mexicano, hace más de medio siglo.

De la alforja de este laborioso viajero musical surgieron Carita de ángel y Mi dulce querer, inmortalizados al despuntar los años 50 por la voz de seda del crooner y galán del celuloide mexicano Fernando Fernández, con magnífica orquestación de Chucho Zarzosa y Gabriel Ruiz. Tan entrañables para quienes quedamos marcados con su huella nostálgica.

En una embriagante atmósfera de suave balanceo de los metales, soplando al unísono, con breves e insinuantes solos de clarinete y fondos de sordina, emerge la lírica maravillosa de Carita de ángel: “Vidita/ Carita de ángel/ amor de mi vida/ te llevo en el alma”. Creándose un clima perfecto de intimidad. “Quisiera/ en mis horas de angustia/ con la luz de tus ojos/ aliviar mi dolor/ Y entonces/ con la miel de tus labios/ y el calor de tus besos/ embriagarme de amor”. También grabado en La Voz Dominicana por Armando Recio.

En 1951, la esposa de Fernández, la cantante Lupita Palomera, dio estilo a Sin necesidad, composición de una belleza y delicadeza sin par, tocada de la magia de un beguine a lo Cole Porter, respaldada musicalmente por Chucho Zarzosa. Pedro Vargas, con la orquesta del maestro Ernesto Duarte, grabó en Cuba en 1955 el mambo-chachachá Parece mentira.

Toña la Negra –gran amiga del joven pianista y autor a quien ayudó a abrirse puertas en el espinoso mundo del espectáculo como lo hiciera en el cine Gonzalo Curiel- aportó la miel de su voz limpia de lamento jarocho para convertir en éxitos continentales los boleros Pesar, Dilo de una vez, Oye vida mía, Cuenta conmigo y el lamento afro Yo soy mulata, que calza a plenitud en el perfil de la intérprete. Acompañada por las orquestas de Rafael de Paz y Luis Arcaraz.

Pesar fue llevado al disco por Daniel Santos, el Trío Janitzio, así como por nuestros Alberto Beltrán y Luis Vásquez. Compartiendo honores con el estándar de Toña la Negra, la versión del vocalista dominicano Alcy Sánchez con la orquesta caraqueña de Billo Frómeta, le imprime brillo y mayor soltura rítmica a este tema emblemático del bolero caribeño.

Con su gorjeo quebradizo característico, el cubano aposentado en New York Panchito Riset versionó esta pieza bajo el título Por tu indiferencia, con respaldo diestro del pianista René Hernández y una suave línea de violines. Recientemente, una nueva generación se ha apoderado de la lírica doliente de Landestoy, redescubriéndolo y creando un clima de intimidad pegajosa con la magia vocal de Nathalie Hazim, en su álbum Amorosa-Homenaje al Bolero Dominicano.

El veterano tenor mexicano Juan Arvizu nos legó Incomprensión, bolero igualmente interpretado por el dominicano Ney Rivera. Mientras Panchito Riset, quien grabara más de una veintena de composiciones dominicanas, nos dejó también Y eres tú. Con fuerza de pregón urbano, el veterano Vicentico Valdés proyectó en las pistas del acetato sonoro Por eso, con arreglos de Joe Cain y Javier Vázquez.

Las vocalistas femeninas han alimentado su repertorio en el rico bazar musical de Bullumba Landestoy. Celia Cruz pegó Oye vida mía, que recuerdo fraseado con el encanto refrescante de la Guarachera de Cuba en las emisiones meridianas de la sancarleña La Voz del Trópico, en el programa De Fiesta con la Sonora. Parece mentira, un bolero mambo con sabroso swing al mejor estilo big band, quedó registrado en la voz de la boricua Carmen Delia Dipiní. La cancionera mexicana Eva Garza grabó Qué pasa contigo, un burbujeante tema de galanteo y engarce amoroso. Las Hermanas Montoya interpretaron dos composiciones estupendas de salero y gracia, la guaracha Bomboncito y el bolero mambo Penita contigo.

La voz potente de Graciela, complementada con el sonido de Mario Bauzá y su Afro-Cuban Jazz Orchestra, recreó Al fin, un bolero repleto de sugestivas claves marcado de puro feeling. Arreglo de contrapunto de ritmo y metales a la manera del gran maestro cubano radicado en New York Chico O’Farrill, con el respaldo de una banda de cinco saxofones, cuatro trompetas, tres trombones, piano y una amplia línea de percusión. Fellita Puello Cerón aportó la cadencia suave de su timbre meloso al tema Por qué no, con el sonido impecable de la súper orquesta San José dirigida por Papa Molina.

Los Solmeños, uno de los fabulosos productos de la fábrica de talentos de Rahintel y Rafael Solano, patentaron un acoplado arreglo del bolero Desde que te fuiste, que fuera antes grabado en 1952 por la orquesta del maestro cubano Adolfo Guzmán, con fuertes raíces en nuestro medio, casado con mi prima Ligia Piantini del Prado.

Fausto Rey interpretó Carita de ángel en el álbum Homenaje a la Canción Romántica Dominicana (1981), bajo la dirección musical de Rafael Solano. Mientras que el veterano Francis Santana estampó su sello a este tema, con arreglo y conducción orquestal del maestro Papa Molina, en la colección de la Secretaría de Estado de Turismo Un Siglo de Música Dominicana (1999). Cuqui Defilló, en versión de canción rock a la moda de los tumultuosos 60, estampó su sello a esa Carita entrañable con corito incluido. Rhina Ramírez incluyó en su LP Rhina en México el tema Amor tu amor.

En un formato coral figura Pesar en el Álbum de Oro de Industrias Lavador (1991) dirigido por el maestro Dany León Pichardo -otro pariente querido pleno de talento-, retomado nuevamente por Nandy Rivas en la selección 100 Temas/100 Voces/100 Años (2003). Asimismo, Desde que te fuiste y Serenata son parte de los 100 escogidos por el ojo certero de este exitoso publicista y productor musical. Como antes lo hiciera el maestro Solano en su producción Boleros Dominicanos en Concierto (1995) con la primera de estas dos últimas composiciones.

Dos temas del autor nos han llegado en su propia voz y estilo pianístico. Me lo dice el corazón, con el piano en primer plano, ritmo y violín, haciendo este instrumento un fondo o contrapunto tenue. Dotado de cadencia maravillosa, recuerda el formato del bolero popularizado por Agustín Lara al piano en los años 30, en sus presentaciones en vivo en la radiodifusora XEW en La Hora Intima de Agustín Lara. El otro es Tu desprecio, vocalización y teclado de Bullumba Landestoy, con apoyo de trompeta asordinada, ritmo y coros. 

Perfil de un largo Periplo. Desde su salida del país en 1951, Bullumba Landestoy ha realizado un largo periplo. Varias estancias en México, donde trabajó en agrupaciones musicales y como acompañante de la cancionera María Victoria y animador en veladas artísticas privadas, entre ellas una tertulia alentada por una primera dama mexicana. En Venezuela laboró en el Tony’s Club, haciendo dueto con un cantante cubano que dominaba la tumbadora y se manejaba a sus anchas en los viejos temas de los Matamoros y Ernesto Lecuona.

A finales de los 50 se estableció en Nueva York y se incorporó como pianista de agrupaciones musicales. Se unió a la organización Lecuona Cuban’s Boys fundada por el maestro Ernesto Lecuona, sustituyendo al pianista Armando Oréfiche. Con esta agrupación realizó una gira de seis meses por Sudamérica que abarcó Argentina, Uruguay y Perú.

En 1962 se inició su ciclo puertorriqueño, actuando por más de un año como pianista en La Concha, en San Juan. Tras esa temporada, ingresó al Monasterio San Antonio Abad, en Humacao, como aspirante a la orden de los monjes benedictinos, condición inalcanzada en seis meses de prueba. En cambio, logró mantenerse ligado a la obra como seglar: durante siete años impartió clases de piano, guitarra y composición musical en el colegio operado por la abadía.

Bajo la atmósfera propicia a la meditación en paz de la abadía, compuso allí piezas para piano y guitarra que en los últimos tiempos se han presentado con favorable acogida de crítica en prestigiosas salas de concierto de los Estados Unidos. Y han cobrado alas entre los cultores del piano y la guitarra en nuestro país.

En 1977 Bullumba retornó a Nueva York y trabajó para ganarse el pan 16 años en el Café San Martín de First Ave y 76 St., gracias a su dominio de la música latina y norteamericana, en especial las melodías que han consagrado a Broadway como capital mundial de los musicales.

María de Fátima Geraldes –nuestra exquisita pianista- ha sido pionera en la difusión de la obra culta del maestro Landestoy en sus presentaciones y grabaciones, tanto en un CD del Banco Central (Diez Compositores Dominicanos) como en Imágenes en el Piano de Bullumba Landestoy (1995). Una joya discográfica para quienes deseen deleitarse con la música misteriosa, romántica, bucólica, carnavalesca y nostálgica de este duende de teclas sensibles que se ha movido con gracia entre el rigor académico y las reminiscencias de los aires populares que afloran inexorables en sus composiciones.

Bajo el título Romántico, el renombrado pianista Martin Soderberg –Premio en 1985 de la Competencia Internacional de Piano Pilar Bayona de Zaragoza y director del Classical Music Program del Harbor Conservatory en NYC- grabó en el 2000 un CD con unas veinte piezas de música culta de Landestoy.  Y María de Fátima editó en 2007 el libro 27 Obras para Piano de Rafael Landestoy, cuya puesta en circulación en el Teatro Nacional conmoviera sensiblemente al maestro.

En sus últimos días, este manso y maravilloso ser, ya retirado del faenar pianístico y radicado en una modesta hospedería de la calle Mercedes, dedicó su tiempo a la meditación religiosa y filosófica, a conceder amables entrevistas y recibir merecido tributo.  A prodigar entre nuevos cultores de su ángel musical, como el guitarrista Camilo Rijo y el pianista Iván Domínguez, los dones maravillosos que Dios puso en sus manos.


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José del Castillo Pichardo, ensayista e historiador. Escribe sobre historia económica y cultural, elecciones, política y migraciones. Académico y consultor. Un contertulio que conversa con el tiempo.