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Fabré Geffrard y la Anexión a España (y 2)

La anexión de 1861 vista desde Puerto Príncipe

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Fabré Geffrard y la Anexión a España (y 2)
Geffrard y el manifiesto que llamó a la guerra contra España

La reacción del presidente de Haití contra la anexión de Santo Domingo a España no se circunscribió a proclamar que ni Santana ni la Corona española tenían derecho para sacrificar la soberanía dominicana. Fue más lejos y, el 18 de abril de 1861, difundió un manifiesto llamando al pueblo haitiano a tomar las armas a fin de enfrentar el peligro que se cernía sobre su país.

La presencia de España en la parte del Este de la isla -les dijo Fabré Geffrard a sus compatriotas-, constituía una seria amenaza para su nación, al tiempo de presagiar "el fin de nuestra libertad". El manifiesto fue un documento altamente incendiario, cuyo contenido justificó el derecho a la guerra del pueblo haitiano, pues, "todos los medios son buenos cuando se aplican para defender la libertad".

Tras apelar al sentimiento patriótico de sus compatriotas, Geffrard se expresó de esta suerte: "Haitianos, ¿consentiréis en perder vuestra voluntad y veros reducidos a la esclavitud?". "No; jamás sufriréis una tal ignominia. La patria está en peligro, nuestra nacionalidad amenazada, nuestra libertad, comprometida".

"¡A las armas, haitianos! ¡Corramos a las armas para rechazar a las hordas invasoras! ¡Que vuestra consigna sea la frase inmortal que sirvió de divisa a los fundadores de la República: ¡Libertad o muerte! ¡Respondamos a la fuerza con la fuerza!". "Expulsaremos al invasor de Santo Domingo... España aspira a destruir nuestra nacionalidad, y no sabe que, con ello, cava su propia tumba..."

El temor haitiano frente a España era injustificado. En primer lugar, porque dentro de los planes de dicha potencia para conservar las posesiones de Cuba y Puerto Rico, la isla de Santo Domingo y sus dos Repúblicas no figuraban como objetivos estratégicos. Y, en segundo lugar, porque en el caso dominicano España no actuó como un país invasor que ocasionó el colapso de su independencia.

La anexión a España en 1861 no fue resultado de un acto de fuerza, toda vez que respondió a un llamado  unilateral auspiciado por la élite gobernante criolla, que solicitó la incorporación de la República Dominicana al dominio de España en calidad de provincia ultramarina.

¿Por qué obraron de esa manera Pedro Santana y su clase social? Se argumentó que, como resultado de la anexión, los dominicanos descansarían "de la fatiga de la guerra" y se ocuparían de "labrar el porvenir de vuestros hijos"; ya que España "nos protege, su pabellón nos cubre, sus armas impondrán a los extraños", además de que "reconoce nuestras libertades, y juntos las defenderemos, formando un solo pueblo, una sola familia, como siempre lo fuimos".

Tal era la perspectiva que tenía el grupo conservador del proyecto anexionista, la cual contrastaba con el sentir general de la población, que iba en dirección opuesta porque, luego de 20 años de incesantes luchas defendiendo el territorio nacional, los dominicanos ya se habían acostumbrado a vivir en libertad.  

Respecto de la declaratoria de guerra que Geffrard hizo a España, los hechos demostraron que se trató de un simple enunciado retórico, de una "boutade", dado que Haití, como observó Price Mars, "en ningún modo estaba preparado para desencadenar y sostener una guerra con España". Por tal motivo, el astuto mandatario haitiano cambió de parecer y, conforme a lo que lo que hoy se denomina "realpolitik", adoptó una posición neutral respecto del conflicto dominico-español que surgió a raíz del Grito de Capotillo.

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Historiador y ensayista. Especialista en historia dominicana.