¿Cuál es la religión verdadera?
Los haitianos, por sus logros, apuestan al vudú
Dicen por esas calles de Dios que en la confianza es que está el peligro. Haití tiene una diáspora muy activa y de logros evidentes.
El mayor orgullo que registra y proclama fue que una de las suyas fue gobernadora en una demarcación del Canadá. Es decir, poder político en una nación del primer mundo.
Lo que jura, ocurrirá en otros lugares donde se aposentan y arraigan los haitianos. República Dominicana no es ni puede ser la excepción.
El pasado fin de semana esa diáspora realizó la primera cumbre en territorio dominicano, y lo hizo coincidiendo con el informe preliminar de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos. Sabía lo que había y lo que venía, y decidió sentar sus reales en la última de las repúblicas que se le entrega, aun por encima de sus propias leyes. Las consideraciones que favorecen a los haitianos van por delante de cualquier interés nacional.
Los dominicanos andan mendigando derechos, incluso en su país natal, y nadie los ampara, ni les resuelve. Y los haitianos, con solo decirse dominicanos, les toca alfombra roja como los antiguos premios Casandra.
No hay dudas de que el vudú es la religión verdadera.
Diario Libre
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