El polémico caso de Belkis Brazobán

Belkis Brazobán es una joven mujer de sangre haitiana que cometió el peor de los errores: usar a un hijo para reclamarle a un amor.

Brazobán, para llamar la atención del padre de su bebé, simuló en un vídeo que lo asfixiaba, como una manera de provocar que el hombre apareciera.

Esa idea desesperada le costó que unos fiscales la acusaran de una modalidad de tortura, lo cual acabó en una condena de 30 años de prisión.

Tras la intervención de grupos de derechos humanos, la Corte Suprema de Justicia acabó bajando esa condena a cinco años y la mujer podría quedar libre en el 2023.

El tema aquí no es si Brazobán debió ser castigada por su acción, eso merecido lo tiene, a pesar de que su bebé salió ileso. Lo que está en discusión es si al sistema se le fue la mano y si se falló en atender este caso de manera justa porque se trata de una mujer de sangre haitiana.

La Justicia debe ser ciega, dice el clisé, y eso aplica a todos los escenarios, incluidos los haitianos o sus descendientes que viven entre nosotros. El sistema debe procurar sentencias proporcionales y ajustadas a la realidad del delito, sea quien fuere el acusado, porque de eso se trata vivir en una sociedad de ley y orden. 

Diario Libre

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